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jueves, 14 de abril de 2016

El Gobierno apoya a los "héroes etarras"

A saberse, que a partir de este momento lo de los asesinatos de la banda mafiosa y terrorista etarra fue algo así como un "fenómeno político, militar y cultural". Es decir, que si desgranamos la nueva definición de ETA, nos encontramos con que los etarras y todo su entorno fueron unos políticos, a los que no les quedó otro remedio que crear su propio ejército para salvaguardar una cultura, que les daba la identidad de ser un país. También se deduce de todo ello que los militares etarras fueron los héroes que se jugaron sus vidas por salvaguardar su Estado.
Así, como lo leen, se resume la historia de la banda ETA para los que quieran saber algo de ella, principalmente si son extranjeros los que se leen el informe de prensa de una exposición del proyecto intitulado "Tratado de Paz". Este proyecto está relacionado con la Capitalidad Cultura Europea, que este año se celebra en San Sebastián. Pero, es que resulta que el Patronato de la Fundación 2016, lógicamente de la capitalidad europea de la Cultura, está integrado por el ayuntamiento de San Sebastián, la diputación de Guipúzcoa, el Gobierno Vasco y, pásmense, el Ministerio de Cultura, el del Gobierno de España, el que preside, aunque sea en funciones, Mariano Rajoy.
En todo esto, el absurdo se queda corto. Verán. Dicen los defensores de su Patria que "la revisión de un período histórico marcado por la actividad terrorista, requiere descomponer la violencia y alejarse del binarismo que ha impedido todo intento de reflexión acerca de este fenómeno, a la vez, político, militar y cultural". Lo que traducido al castellano es lo que ya adelantábamos, que ETA ha sido un fenómeno político, militar y cultural. Todo lo que antecede a este final, el que lo entienda, si quiere, que lo compre.
¡Pero, y lo del ministerio español! Eso ya ni es absurdo ni nada que se le parezca; eso no tiene adjetivación posible. José Pascual Marco, a la sazón director general de Política e Industrias Culturales y del Libro -¡casi nada!- ha remitido una epístola a los gerifaltes de la Capitalidad Cultural Europea, a través de la cual poco menos que les ruega que realicen una reflexión para "salvaguardar la libertad del espíritu artístico", a la vez que hagan " un adecuado tratamiento informativo de todos aquellos aspectos en los que los ciudadanos puedan sentirse agraviados por haber sido víctimas de la violencia terrorista". Amén.
Ambos textos, el de los terroristas y el del increíblemente director general de la Cultura, resultan vergonzosos y vergonzantes, tanto por la manera de la expresión, como por el contenido: de analfabetos profundos y funcionales. Aunque, una cosa sí que queda clara en el texto del Patronato, y es que, de una manera u otra, salvan a los terroristas de ser asesinos; es más, para quien no conozca de los sanguinarios de esta banda y de su entorno -los extranjeros, principalmente- los plasman como héroes patrióticos, víctimas del Estado español.
Aquí, directamente, tenía que haber tomado cartas en el asunto el ministro español de Cultura, no un director general, y exigirle al Patronato la retirada inmediata de ese texto, y no rogar o suplicar para que no escriban textos de ese calibre, como ha hecho Pascual Marco, que ni les ha insinuado que se retracten y eliminen esos párrafos del folleto. Pero, como siempre, no pasa nada, porque hasta las víctimas de esos criminales siguen igual: los mil asesinados, enterrados; sus familiares, olvidados o, lo que es peor, vilipendiados. Todo ello, con la aquiescencia de los gobernantes, los de antes y los de ahora, y de los jueces y fiscales. Peor, me vislumbro que ya están tardando también en expresarse las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo.

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