"El Gordo" Otegui amenaza de nuevo

Miren que lo está anunciando este etarra, recién salido de la sombra, Arnaldo Otegui. Este hombre "bueno y de paz", como lo definió el expresidente del Gobierno de España elCetapé, ya amenaza con convertirse en el presidente de las Vascongadas más peligroso para los intereses del Estado.  ElGordo etarra quiere pasar de secuestrador y asesino a ser el mandamás de todos los mandamases vascos. Otra cosa es que pueda llegar -si es que lo votan lo suficiente- a alcanzar esa codiciada silla y otra que se lo permitan las leyes.

Este elemento, además de la pena que le impusieron por enaltecimiento del terrorismo, fue inhabilitado por un tiempo de veintiún años para el ejercicio de cualquier cargo público. Pero, como constatamos -y no se esconde para decirlo- ya aspira a ese sillón, pasándose por la entrepierna la inhabilitación, es decir, la sentencia a la que está condenado. Vamos, que ya está anunciando que va a delinquir, como ha sido lo habitual en él durante prácticamente toda su existencia.

El etarra ha anunciado también que su objetivo es que las provincias españolas del norte se desvinculen del Estado. En otras palabras, que no le hace falta estar en el Gobierno vasco para iniciar una campaña contra España y a favor de la independencia. No les digo más, si lograra acceder a la poltrona. Los catalanes se le iban a quedar cortos, porque estos etarras no se cortan ni un pelo y, lo mismo les da, arramplan para adelante con o sin consensos o derechos a decidir. Saben, además, que, vista la experiencia de los secesionistas catalanes, nada les va a suceder; es más, saben también que, presionando, lo peor que les puede pasar es que el Gobierno de la nación les dé más dinero y que sean recibidos en La Moncloa con honores de jefe de Estado, otro ejemplo práctico que tienen de los catalanes. Porque, por si alguien no se hubiera enterado, el presidente Rajoy recibirá en el palacete al delincuente Puigdemond -sucesor del otro delincuente, Arturo Más-, con la única intención de que elPájaroEspanta, el hijo del pastelero, le lleve unos dulces en reconocimiento de paz y amistad. ElMaryJoy se lo agradecerá con un paseo relajante por los jardines monclovitas, nuestros jardines.

Pero, hay otro asunto que también tiene que preocuparnos de este mafioso Otegui. Nada más y nada menos que el terrorismo de la banda de delincuentes etarras. Porque este "hombre bueno" ha anunciado que hay que poner fin al conflicto, como ellos, los criminales, califican los asesinatos de cerca de un millar de personas -entre ellos muchos niños, cuyas muertes son consideradas daños colaterales, incluso por el Gobierno del Partido Nacionalista Vasco-. Sigue queriendo hacernos creer este "hombre de paz" que la guerra no ha terminado mientras haya etarras asesinos en prisión. Sabe bien el pollo que aquí no ha habido guerra, ni conflicto. Lo único que se ha producido son centeneras de asesinatos por parte de unos mafiosos.

En el fondo, lo que el etarra está anunciando, por un lado, es que si llega al poder se acabó el conflicto, todos a la calle; por otro, si no toca la gloria, que exigirá al Gobierno de España que, primero, acerque a los presos a las cárceles del País Vasco, para luego, de manera gradual, ir liberándolos a todos. Y más: otro mensaje que ha querido transmitir elGordo, dirigiéndose a sus colegas asesinos, es que no importan los medios para lograr los fines; es decir, que si hay que seguir la vía Nanclares, que la sigan, y, si hay que mostrase arrepentidos y pedir perdón a las víctimas, que lo hagan. Todo, con tal de lograr la libertad, como sea. Ejemplo lo tenemos en "La Tigresa", Idoia López Riaño, del Comando Madrid, el más sanguinario de ETA. El juez de Vigilancia Penitenciaria le ha concedido un permiso de tres días, un asueto, porque se está portando muy bien y está arrepentida de haber asesinado a veintitrés personas. ¡Se dice pronto! Luego, vendrán otros a otros y a ella misma, digo permisos, que serán cada vez de más larga duración y, cuando nos queramos dar cuenta, todos bolinagas o de juanaschaos. Con el permiso de los jueces.