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jueves, 19 de mayo de 2016

Cuando a jugar a jugar

Ahí está, el exconsejero de Presidencia y exportavoz de la Generalidad de Cataluña, Francisco Homs, todo valiente él. ¡Báilenlo, báilenlo! Es que dice que a él no le meten miedo los jueces, es más que le encanta que lo procesen por la payasada del referéndum del 9N. Homs, que parece apellido de ogro de niños, todo chulito él, ha expresado ya su intención de acudir a los tribunales con la "estrellada" colgando. Vale, pues a ver si es verdad, que a mí como si se la cuelga de salva sea la parte, porque como es tan presuntuoso presume de muchos huevecillos. Veremos si le aguantan, al machote.
Cuando tenga que personarse y entrar en el Tribunal Supremo y declarar ante su Señoría, y aunque esté acompañado de letrado, veremos si las caquitas no corren patas abajo. Porque mucho bastón de mando de alcaldes cuando le tocó el turno ante el Tribunal Superior de Cataluña al delincuente y, ahora, expresidente Arturo Mas, una vez que cruzó la puerta y se quedó cara a cara con el juez interrogándolo se le  mudó la cara y el habla y le llegaron tembleques y se le cayeron los palos el sombrajo. Luego, eso sí, ante las cámaras y el personal, aquí no ha pasado nada, que para hombre-hombre el menda, que sólo en ese rato adelgazó un par de quilillos, o más.
¡Pues, no te digo! Los cargos se las traen: desobediencia, prevaricación y malversación de fondos públicos. ¡Una broma! Como para andar jugando a valiente. Eso sí, él se siente muy arropado por su gente y la Justicia se la trae flojilla. Veremos, digo, que es que el tiempo pone a cada uno en su sitio -para bien o para mal- y los jueces a algunos los dejan libres y a otros los colocan en un penal, de a gratis.
Acaso entonces le pueda parecer algo insólito, tanto como le parece en estos momentos el que se haya prohibido portar banderas estrelladas en la final de la Copa del Rey, el domingo, en Madrid, en el Manzanares. ¡Menudo cómo se ha puesto el personal! Si es que media España está triste y la otra media no encuentra consuelo, porque el delincuente que hace de presidente de la Generalidad catalana, elPájaroEspanta, Puyidemón, el hijo del pastelero, y la alcaldesa de la Ciudad Condal, Barcelona, la podemita Colau han anunciado que no van a asistir a presenciarlo "in situ", o sea que no estarán de cuerpo presente en el campo de los colchoneros, donde se enfrentarán el Barcelona y el Sevilla. Quieren expresar así su protesta por la prohibición de las estrelladas en el estadio. ¡Ay, qué dolor, qué dolor! Porque es que puede que tampoco esté el presidente de los de azul y grana -sin oro-, que eso es todavía, aún, más peor, aunque les ruego -una vez más- disculpen que no recuerde cómo se llama, es decir su nombre.
Alegan los que anuncian su no asistencia que esto no tiene nombre -ellos sabrán-, que se atenta contra la libertad de expresión y que se ofende a mucha gente que quiere portar su bandera. Todo lo arreglan con eso. Lo de la Ley del Deporte lo obvian, se la suda, como se olvidan también de que pitar el Himno de España -que lo volverán a hacer-, además de una cosa de mal gusto, de mala educación y de contaminación acústica es algo ofensivo para muchísimos españoles y más aún -me adelanto- cuando se hace en casa ajena, que es algo así como que los invitados a la cena se te meen en el "jol". De todas formas, que recuerde laColau el escándalo que dio -ante su mirada indiferente- su mano derecha -el argentino con nacionalidad española que juró cumplir la Constitución para obtenerla- en el balcón del ayuntamiento ultrajando la bandera de España. No es que donde las dan las toman, sino que hay que saber estar y cumplir la Ley y hacerla cumplir. Que para eso estamos. Y a mandar, que como dice el presi de los colchoneros, Enrique Cerezo, cuando a jugar a jugar.

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