Traductor

Buscar en este blog

viernes, 20 de mayo de 2016

De Cataluña, por Madrid, al cielo

Ala, otro a vueltas con lo de la libertad de expresión. Así todo cabe. No ha tenido reparo ni rubor el juez del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número once, de los de Madrid. En contra del criterio del fiscal -ya les digo, del propio fiscal- ha dicho que eso de prohibir las estrelladas en el partido de la Copa el Rey, la final, el domingo en el Calderón, pura "pijada", que si a los separatistas les apetece no hay inconveniente alguno. O sea. que no importa lo que le diga el fiscal, ni los antecedentes de las sanciones de la UEFA, que ya le ha metido dos al Barcelona FC por la misma causa.
.
Él es el juez y la Ley, la del Deporte no vale para nada. Así de contundente se ha mostrado su Señoría, que ha resuelto en menos de horas veinticuatro. Y dicen que los juzgados están atascados, sobresaturados, paralizados por las innumerables causas, falta de funcionarios y escasez de medios materiales y tecnológicos. Pues ya ven, aquí con este juez de lo Contencioso nos hemos topado, que ha resuelto en menos de lo que canta un gallo. ¡Pásenle, pásenle expedientes! Va como una moto. Por puntos que no quede. Sólo nos faltaba que nos informaran de si es nativo o descendiente del otro país, quiero decir de Cataluña. ¡Sería de risa! El asunto huele a caquita.
Lo cierto es que esto es vergonzoso. Resulta que llevamos meses y meses esperando a que los tribunales se pronuncien sobre el referéndum del 9N, sobre la inhabilitación del delincuente Arturo Mas y otros asuntos y llega este ínclito juez y nos lo planta es un santiamén. Otro sí. Se plantea ahora si la delegada del Gobierno en Madrid, Dancausa, está obligada a cumplir la sentencia, porque en la misma no se explicita que la delegada tenga que emitir un comunicado "desprohibiendo" lo que prohibió. Otro sí. Tampoco nada sucedería si la Delegación de Madrid estuviera obligada a que la sentencia se ejecutara, porque, visto lo visto en el otro país -perdón por el lapsus, quería decir Cataluña- la sentencia se la podría pasar por la entrepierna, o arco del triunfo, como se hace allí. Es decir, primero, lo que ha prohibido la Delegación de Gobierno y, después, pese a la sentencia de este juez -que confiemos esté en sus cabales para contrariar descarada y vergonzosamente al fiscal-, que recurra el que tenga que recurrir y que pasen meses y meses, y así hasta podríamos llegar a la próxima final. De todas formas, creo que alguien tendría que recurrir la sentencia de este juez, si es que admite recurso. 
En cualquier caso, el juez -maldita sea, nadie da su nombre-, a mi entender, ha concedido ya, por su arte y por su gracia, desde el tendido siete, la independencia a Cataluña. ¡Ríanse conmigo! Según el juez, no sólo están en su derecho los secesionistas de pedirla, sino que hay que dársela.
El domingo, las huestes secesionistas tomarán Madrid y el delincuente sucesor del otro delincuente Arturo Mas, ocupará -aún siendo un delincuente golpista- un lugar destacado en el palco de honor, junto a Su Majestad el Rey y, acaso, se descojonará -como hizo el otro- de la risa, cuando los energúmenos piten al Himno Nacional, aunque cabe la posibilidad de todo lo contrario. En cualquier caso, y ya que tanto e insistentemente quieren la independencia estos secesionistas, podrían comenzar, a modo de desagravio y por motu propio -si es que tienen cataplines-, por abandonar la liga profesional de fútbol española; sitio tendrán donde los acojan. Se acabaría el problema.
Me sospecho o barrunto, que van a ser ahora muchos los que van a pedir la cabeza de la delegada del Gobierno en Madrid. Muy probablemente el Gobierno -que seguramente fue el que le dio la orden de prohibir las estrelladas a la delegada- acceda, como Pilatos. Sería otra vergüenza más. Pero, lo que no admite duda es que los que tienen que dimitir, por su comportamiento indigno y rastreo, son el ministro de los Interiores y el líder de los peperos catalanes, Olbiol. Los dos se han columpiado, de manera muy guarra en todo este proceso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto