Traductor

Buscar en este blog

domingo, 8 de mayo de 2016

Un burka por amor

A ver quién le asegura al presidente castellanomanchego, el socialista Emiliano García-Page, que quien  recogió el premio que dio sobre las Traducciones era una mujer. ¡A ver! Si es que el que fuera -varón o mujer- iba tapado de pies a cabeza, sólo se le veían -el que estuviera cerca- los ojos. El galardonado o galardonada vestía un burka, y se supone que era una mujer porque así lo han dicho. ¡Pero, vaya usted a saber! El socialista elPage se brindó a participar en la pantomima, aceptando entregar el galardón a alguien con un burka, en pleno siglo XXI, en una civilización occidental.
De momento, no sabemos más del asunto. Se trataba de entregar el VIII Premio Internacional de Traducción Ray Abdullah Bin Abulaziz -casi nada-, que patrocina y concede Arabia Saudí. Lo dicho. El premio se entrega cada año en un lugar del mundo, recayendo este año en la ciudad española de Toledo, porque en su modalidad de Instituciones y Organismos recayó en la Escuela de Traductores de Toledo, que depende de la Universidad de Casilla-La Mancha.
Pues bien, una de las premiadas o premiados -no se sabe- apareció revestido con un burka a recoger su galardón de manos del presidente Garcia-Page, que se lo entregó y aplaudió al "fantasma" disfrazado de fantomas, mientras éste enseñaba al público el galardón recibido, no mostró otra cosa; bueno, sí, como digo, los ojos. Sepan que el acto se celebró hace unos días, aunque ha trascendido hoy. No se sabe si porque desde el Gobierno de Castilla la Mancha no se le dio relevancia o si es que han querido ocultarlo por el escándalo que pudiera provocar el burka. Si el presidente García-Page acudió a la entrega sabiendo lo del burka, él solito se lo ha buscado; si, por el contrario, se le ocultó que el burka iba a estar presente, no habría hecho nada de más si hubiera abandonado el escenario, por cuanto para la civilización occidental significa esa prenda, de la que todavía existen controversias sobre su legalidad en nuestro país.
La connotación de esa prenda islámica es la del más salvaje sometimiento de la mujer al hombre, de denigración de la misma, que no puede salir de su casa sin ir cubierta de pies a cabeza con ese hábito, que la martiriza tanto en verano como en invierno, y que se utiliza principalmente en Afganistán, además, como signo de la yihab.
Una buena muestra de ese sometimiento de las mujeres afganas y uso del burka lo podemos ver, en toda su crudeza y realidad, en la película de Manuel Estudillo, "Un burka por amor". Espeluznante la historia y las vivencias de la joven española María, protagonista. Hay que verlo para creerlo.
El presidente socialista castellanomanchego aplaudió en el paraninfo de la Universidad de Toledo la pesadilla que a diario tienen que soportar las mujeres obligadas a vestir con el burka. Deleznable. Y grave el hecho de que ese acto se haya producido en nuestro país, con lo que parece ser la aceptación de las nuestras feministas, que ni aparecieron por allí ni se les escucha protestar. ¡Ay mi Dios, si el implicado hubiera sido, por ejemplo, el presidente de Galicia, Núñez Feijóo, y el acto hubiera transcurrido en la Universidad de La Coruña! Ya les diría yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto