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miércoles, 29 de junio de 2016

Gora Alka-ETA

Hombre, más que por lo que ha dicho el juez, la sorpresa viene por el hecho de que se haya pronunciado, pese al tiempo pasado. Ahora, que mejor eso que dejar dormir el expediente entre las telarañas de los cajones. Miren, ya está el expresidente Arturo Mas -delincuente confeso y golpista permanente- que se caga patas abajo. Él, el que dijo que si se necesitaba un chivo expiatorio ya lo tenían en su persona, en cuanto lo llamaron a declarar, se puso más lívido que un cadáver y comenzó a echarle la culpa a los voluntarios, como organizadores del referéndum del 9N.

Mera coincidencia, suponemos -¡Jajá!-, lo de que el magistrado Juan Manuel Abril, del tribunal más Alto de Cataluña, se haya pronunciado a dos días "pasos" de las elecciones del 26J. Que ya digo, que más vale tarde que nunca. Así que es muy probable que veamos al delincuente Arturo sentarse en el banquillo de los acusados, acompañado de dos de sus consejeras de entonces -la vicepresidenta Ortega y la de Educación, Rigau- por delitos de desobediencia grave y prevaricación administrativa pese a la prohibición del todavía más Alto tribunal del país, el Constitucional, contra la consulta del 9N.
Esta comparsa de impresentables -no nos olvidemos de Homs, que va por otra vía al ser ahora congresista- se enfrentan a penas del multas y de inhabilitación especial durante diez años. ¡Como aperitivo, no está nada mal! Lo que hace falta es que prosperen las denuncias de las acusaciones particulares para que los cuatro juntos y por el orden constitucional los envíen por una buena temporada a la sombra. No sé yo si lo verán eso estos nuestros ojitos.
Ya les digo, si es que hasta a los titiriteros de Alka-ETA los eximen de un delito de enaltecimiento del terrorismo. Y, ojo, lo hace el mismo juez que los envió cinco días a prisión por ese mismo delito. O sea que los enchirona preventivamente porque parece que no hay duda del enaltecimiento terrorista y ahora los exculpa. Servidor, de ser de los titiriteros -¡Ozú, que es un decir!- me iba contra el juez, pero ya. Es que después de cinco meses de sesuda investigación -y de deshojar margaritas, una tras otra, hasta acabar con todas las del jardín-, Ismael Moreno, magistrado él de la Audiencia Nacional, ya no ve en la acción titiritera apología de nada, sólo que acaso un pelín de delito contra los derechos fundamentales de los padres e hijos que estuvieron presentes en lo que ellos, los titiriteros, consideran una representación, "una" arte.
Ya podrían aprender de la explicación del juez, que no considera que la pancarta exhibida por los chorizos con el mensaje "Gora Alka-ETA" no es apología del terrorismo, porque los actos que lo justifiquen "tienen que estar dotados de una publicidad de cierta calidad y capacidad incidencia con una línea clara de concreto apoyo a acciones específica de carácter terrorista". A ver si nos entendemos. Lo que quiere decir el juez es que si alguien se acuerda de su señora madre -que no es el caso, Dios me libre-, pero no se dicen el nombre y acción concretos de algún acto impuro  -por poner una verbigracia-, él no podría acusar a nadie de nada. Entendido, digo, por decir algo. Pues que se lo cuenten a las víctimas del atentado de ayer en Turquía.
Me da a mí, no sé por qué, su Señoría ignora muchas cosas, no porque las obvie, sino porque "puéser" que no dé para más. Si esto sucede en Alemania -otra verbigracia-, pero en vez de Alka-ETA se lee en la pancarta que vivan los nazis, lo más probable es que los titiriteros no hubieran estado cinco días entre barrotes, sino que ya llevarían allí cinco meses. Pero, en este caso en concreto que nos ocupa, acompañados del juez. Claro, que es un decir.


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