Cuando
las bombillas de la cabeza de laSeñáManuela
se encienden para alumbrar ideas hilarantes, siempre hay por detrás algo que se
nos oculta, el lado oscuro de la luz. Si hace unos días nos enteraba el ayuntamiento
madrileño de que se abría el concurso, curso o desencuentro de ideas para la
renovación del mobiliario urbano con los nuevos bancos para sentarse que se
convertirán en colchonetas para saltar los niños -y que los dueños de los
perros aprovecharán para que las heces de los sus canes también volteen- y de
las sillas para colocar en cualquier parte, tal cual si fuera la playa calienta
el sol chibiribirí porompompón, casi se ha pasado por alto -casi- el follón que
se avecina y escondía la alcaldesa con esas sus gilipolleces.
No
es que nos contara entre líneas la no menos hilarante portavoza, lasaltaCapillas, Rita Maestre, la del torso desnudo que el ayuntamiento había
llegado a un acuerdo con los de las pipas “Facundo”,
esas de las que dijo el toro al morir “siento dejar este mundo sin probar pipas
Facundo”. No, aunque hay que reconocer que laRita
nos abrió un nuevo mundo a la investigación científica. Cuando se instalen en
los aparcamientos libres los nuevos bancos articulados, o desarticulados, o “pleymóbil” podremos estudiar el impacto
en la sociedad del pelado de pipas -no confundir con pelar otra cosa- mientras
se conversa con desconocidos con los que no hay nada de qué hablar y como el
suelo se llena de cáscaras, convirtiéndose el lugar en un nicho particular de
porquería, de acuerdo al mantenimiento del ecosistema de la suciedad en la
capital. Eso es bastante importante y, por tanto, nada desdeñable.
En
definitiva, que tantas sandeces y estupideces juntas no pueden tener otro
propósito, además, que ocultar problemas que se avecinan y que, como son tan
incautos estos podemitas, nos anuncian para que no nos demos cuenta. Es como lo
de los avestruces, que meten su cabeza entre las patas y, si pasa lo que tiene
que pasar, no se han enterado, que no lo vieron, aunque antes la hayan armado
pardina.
Es
que los policías municipales andan los hombres muy, pero que muy “cabreaos”. Y
eso que le tumbaron a laSeñáCarmena su idea de los “soviets” a implantar por
los barrios de la “citi”, que si no. La cúpula policial, integrada en la Asociación de Jefes de la Policía
Municipal de Madrid, nada más y nada menos, donde se integra más del
noventa por ciento de los subinspectores y oficiales, le han anticipado a la
alcaldesa que le va a caer un chorreo de recursos y denuncias en los tribunales,
que te haces caca, a no mucho tardar, que es que los tienen hasta los
huevecillos.
No
están de acuerdo los polis con el nuevo Plan
Director que les ha implantado el concejal del escrache, ni con que se
hayan eliminado unidades clave -como la de Antidisturbios-
y se hayan creado otras nuevas que, realmente, ni resultan prácticas ni ahorran
dinero al contribuyente, ni les grada el cambio de destinos de la cúpula,
realizado de manera discrecional o discreción del concejal del ramo y del
florero, el podemita Javier Barbero,
que, a lo que se ve, no se corta ni un pelo. Porque dicen estos polis que de
comunicación con e intercomunicación de los mandos con los jefes políticos “nádená”
y que estos, aunque del Cuerpo, son
además podemitas vengativos y revanchistas con sus anteriores superiores.
Vamos,
que toda una historieta que los podemitas alimentan y fomentan, pero que tratan
de ocultar como sea. La policía, no. La guerra está armada. Ejemplo para las
demás policías de ayuntamientos podemitas. A ver como acabamos.
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