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martes, 12 de julio de 2016

La soberbia Carmena, en apuros


Alguien ha tenido que pinchar muy fuerte por detrás a laSeñáManuela para que esta salga por delante, dando la cara, para enfrentarse a los podemitas, que, aunque ella lo ponga en duda, son los que la auparon al sillón, con alguito de ayuda de laPesoé. La soberbia -acaso desesperación- que ha mostrado en su entrevista en El País podría considerarse como el anuncio de algo que está por llegar, quizá hasta antes de las vacaciones. Para la alcaldesa de Madrid -que ella misma se dice no ser podemita-, el resultado del 26J es el lógico para una izquierda que se ha mostrado poco flexible para negociar.

Desde luego, laSeñáManuela está más que convencida de que su gestión en el ayuntamiento no ha influido para mal, sino todo lo contrario, en los votos finales de la repetición de las generales. Es más, por si alguien lo pusiera en duda, la connotación del Ayuntamiento de la Villa y Corte está ligada a su nombre, y viceversa; es decir, que los podemitas ni pinchan ni cortan, que la buena fama la tiene el ayuntamiento madrileño porque es ella la alcaldesa y cuando se habla del ayuntamiento sólo se vincula a este con Carmena, con ella, porque, como buena española, cuando besa es que besa de verdad.

Deja entrever laseñáManuela -que será mayor, pero también pícara y, si me apuran, arpía- que, de no ser por ella, el ayuntamiento estaría en el Manzanares, porque menuda prole le metieron, una tropa sin pistolas, pero sí con una asalta capillas, que le colaron en la portavocía, la del torso desnudo, Rita Maestre; un concejal exokupa, que de querer hacer literatura en las redes -o hacerse el gracioso, vaya usted a saber- puede terminar condenado por los tribunales por humillar a las víctimas del terrorismo y por antisemita, el concejal que quiso ser y no fue, no pudo, un alto mando, Guillermo Zapata; una concejala analfabeta, ocupándose de la Cultura, que no sabe de la misa la media, y cuya memoria histórica tiene lagos y lagos de amnesia intemporal e intransitoria, Celia Meyer; y un concejal de Hacienda, que parece que no sabe hacer un cero -o la o- con un canuto, al que cada dos por tres -cinco para él, porque dos más dos son cuatro más una cinco- ya toman por “elpitounsereno” los de la oposición pepera y ciudadana, porque no da una y miente, y se lo descubren, antes que a un cojo.

La soberbia de la alcaldesa -no la alcaldesa soberbia de Madrid- ha dejado entrever todo esto, y mucho más. Hasta el punto de despreciar al que fuera su mentor, el propio, el único, el inconfundible, el también soberbio, de la soberbia, Pablo Manuel Iglesias. Ni se reúne con él, ni habla con él desde tiempo ha. Y ni falta que le hace, que ella es laSeñáManuela y a él lo encontró en la calle. Es que cuando ella era toda una jueza, todos estos no sabían ni soplarse las velas ni limpiarse los mocos.

Que no le venga ahora a toser a laSeñáManuela. Si algo bueno de gestión hay en el ayuntamiento de Madrid, se debe a ella y a sus buenas formas. Lo triste, es que muy poco hay de bueno y si ese poco es mérito suyo nos sobran los dedos de las dos manos. O sobra ella, como también se barrunta; aunque ella, lógicamente, no lo dice. ¡Ahí, ahí, esta la envolvente!

A ver quién es el guapo que le echa el cable o la salva por los pelos, si es que se hunde. Si acaso, por estrategia, el propio elBarredor, hasta donde pueda y crea necesario. Porque hoy ya le ha dicho a la su laSeñáManuela que “cuidadín, cuidadín”, que él fue el que la aupó y él puede ser quien la defenestre. Es como si el podemita se preguntara para sus “endentros” que le diga, por favor, qué favor le ha hecho para que le salga tan desleal la muy alcaldesa. Entretanto, la del torso desnudo, la inspiración y musa viviente de Luis María Ansón, lasaltaCapillas, laRita, sí, la misma, la genuina Rita Maestre, afila sus dientes. Ninguno, de los de todos ellos, pudo llegar más alto, y Madrid ahí sigue, tal cual.

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