Alguien
ha tenido que pinchar muy fuerte por detrás a laSeñáManuela para que esta salga por delante, dando la cara, para
enfrentarse a los podemitas, que, aunque ella lo ponga en duda, son los que la
auparon al sillón, con alguito de ayuda de laPesoé.
La soberbia -acaso desesperación- que ha mostrado en su entrevista en El País podría considerarse como el anuncio
de algo que está por llegar, quizá hasta antes de las vacaciones. Para la
alcaldesa de Madrid -que ella misma
se dice no ser podemita-, el resultado del 26J
es el lógico para una izquierda que se ha mostrado poco flexible para negociar.
Desde
luego, laSeñáManuela está más que convencida de que su gestión en el
ayuntamiento no ha influido para mal, sino todo lo contrario, en los votos
finales de la repetición de las generales. Es más, por si alguien lo pusiera en
duda, la connotación del Ayuntamiento de la Villa y Corte está ligada a su nombre, y viceversa; es decir, que
los podemitas ni pinchan ni cortan, que la buena fama la tiene el ayuntamiento
madrileño porque es ella la alcaldesa y cuando se habla del ayuntamiento sólo
se vincula a este con Carmena, con ella, porque, como buena española, cuando
besa es que besa de verdad.
Deja
entrever laseñáManuela -que será mayor, pero también pícara y, si me apuran,
arpía- que, de no ser por ella, el ayuntamiento estaría en el Manzanares, porque menuda prole le
metieron, una tropa sin pistolas, pero sí con una asalta capillas, que le
colaron en la portavocía, la del torso desnudo, Rita Maestre; un concejal exokupa, que de querer hacer literatura
en las redes -o hacerse el gracioso, vaya usted a saber- puede terminar condenado
por los tribunales por humillar a las víctimas del terrorismo y por antisemita,
el concejal que quiso ser y no fue, no pudo, un alto mando, Guillermo Zapata; una concejala analfabeta,
ocupándose de la Cultura, que no
sabe de la misa la media, y cuya memoria histórica tiene lagos y lagos de
amnesia intemporal e intransitoria, Celia
Meyer; y un concejal de Hacienda,
que parece que no sabe hacer un cero -o la o- con un canuto, al que cada dos
por tres -cinco para él, porque dos más dos son cuatro más una cinco- ya toman
por “elpitounsereno” los de la oposición pepera y ciudadana, porque no da una y
miente, y se lo descubren, antes que a un cojo.
La
soberbia de la alcaldesa -no la alcaldesa soberbia de Madrid- ha dejado
entrever todo esto, y mucho más. Hasta el punto de despreciar al que fuera su
mentor, el propio, el único, el inconfundible, el también soberbio, de la
soberbia, Pablo Manuel Iglesias. Ni
se reúne con él, ni habla con él desde tiempo ha. Y ni falta que le hace, que
ella es laSeñáManuela y a él lo encontró en la calle. Es que cuando ella era
toda una jueza, todos estos no sabían ni soplarse las velas ni limpiarse los
mocos.
Que
no le venga ahora a toser a laSeñáManuela. Si algo bueno de gestión hay en el
ayuntamiento de Madrid, se debe a ella y a sus buenas formas. Lo triste, es que
muy poco hay de bueno y si ese poco es mérito suyo nos sobran los dedos de las
dos manos. O sobra ella, como también se barrunta; aunque ella, lógicamente, no
lo dice. ¡Ahí, ahí, esta la envolvente!
A
ver quién es el guapo que le echa el cable o la salva por los pelos, si es que
se hunde. Si acaso, por estrategia, el propio elBarredor, hasta donde pueda y
crea necesario. Porque hoy ya le ha dicho a la su laSeñáManuela que “cuidadín,
cuidadín”, que él fue el que la aupó y él puede ser quien la defenestre. Es
como si el podemita se preguntara para sus “endentros” que le diga, por favor,
qué favor le ha hecho para que le salga tan desleal la muy alcaldesa.
Entretanto, la del torso desnudo, la inspiración y musa viviente de Luis María Ansón, lasaltaCapillas, laRita,
sí, la misma, la genuina Rita Maestre,
afila sus dientes. Ninguno, de los de todos ellos, pudo llegar más alto, y
Madrid ahí sigue, tal cual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentar con respeto