Traductor

Buscar en este blog

miércoles, 13 de julio de 2016

Víctor Barrio, no te olvidamos


Ya lo ven, el gañán este, incita a usar la violencia contra todo aquel que ose no hablar en Catalán. Otra más de este descerebrado, que pide a los catalanes el uso de la violencia, el “pasar a las manos”. Se trata del protegido del delincuente y golpista Puiyidemón, un tal Santiago Espot, el que tuvo la feliz idea de la pitada al Himno Nacional de España y al jefe del Estado en el campo del Barcelona balón pie. Es también el de la ocurrencia de las estrelladas en el campo de fútbol. Y es, sobre todo y ante todo, el denunciante de los letreros colocados en Español en los comercios de Cataluña.

¡Menudo pájaro! Ante lo que considera que “con ellos no valen buenas palabras” -los que hablan en Español-, insta a los catalanes a ejercer la violencia activa contra todos los que no se expresen en Catalán en tierras españolas de la región catalana. Claro que esto se veía venir, tras lo que ya es una campaña iniciada por el cantante aquel, que viajaba en un barco de Balearia, y demonizó y estigmatizó cobardemente, de manera ruin, al camarero porque el café con leche no le debe saber igual si no se le llamaba café con leche en Catalán, que, disculpen, no sé ni cómo se pronuncia ni cómo se escribe, aunque creo que el sabor será el mismo.

Toda esta violencia que quiere engendrar elEspot viene a consecuencia del caso del camarero de Balearia, de la señora que quiso comer y no pudo -con lo que ganó en su estética- o aquel otro que quería mear en una estación de tren y nadie le explicaba en Catalán cómo y en dónde hacerlo ¡El hombre no sabía que con la suya! Y, ahora, a raíz de una presunta falta de asistencia de un socorrista en una playa de la costa catalana. Un niño se rozó con una medusa y dice la su madre que el socorrista no quiso atenderla porque se dirigió a él en Catalán. Al contrario que la empresa de los barquitos, Balearia, la del socorrista ha demostrado que la muy arpía miente, y ha presentado testigos de los hechos. Aunque eso alEspot le da igual. Lo que quiere es engendrar violencia, sobre violencia.

Otro caso más el de este nacionalista, separatista y delator, para los jueces y fiscales, que deben estar de vacaciones, porque la incitación no sólo al odio, sino también a la violencia, al enfrentamiento físico, es más que evidente. Quizá este individuo está aconsejado y avalado por los Mossos disidentes y golpistas, quienes, por cierto, y a día de hoy, siguen en sus puestos y armados, dispuestos para atacarnos. Y no es eso, no es eso.

Miren, sin embargo, que aunque tarde -no sabemos todavía si mal- cómo el fiscal y la Policía Nacional investigan ya los tuites de esos malvados y perversos personajes que han expresado su alegría por la muerte del joven torero segoviano Víctor Barrio. Que es que ya está bien de refugiarse en la libertad de expresión para delinquir, y que algunos jueces se lo crean. ¡Coñe! Que una cosa es la libertad de expresión, algo muy pero que muy sagrado, y otra confundir la velocidad con el tocino, cuando lo que se hace, verdaderamente, es cometer un flagrante delito.

Pero todavía hay quien dice que no, que todo cabe al amparo de la libertad de expresión, como en los casos de los podemitas Hásel, el concejal Guillermo Zapata o el  cantante de Def con Dos, o los titiriteros del “Gora Alka-ETA, o el Jpelirrojo imagen del Maxibon de Nestlé. A este último la marca lo ha retirado de la campaña por celebrar la muerte del torero. El culmen se lo ha ganado un profesor -¡que vaya enseñante!-, Vicente Belenguer, quien no sólo se regodea en la muerte del maestro torero, es que, además, lamenta que “de la misma cornada no hayan muerto los hijos de puta que lo engendraron y toda su parentela (…) Bailaremos sobre su tumba y nos mearemos en las coronas de flores que te pongan, cabrón”. Y disculpen que insista, pero no es eso, no es eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto