Por
si no queríamos caldo, dos tazas. Otro caso de acoso, o, al decir de algunos,
de linchamiento lingüístico en Cataluña.
Pues eso, que uno, o una, va a un restaurante y la lía con el idioma, visto el
ejemplo del indeseable y mal educado Quimi
Portet -¡mala gente, mala gente!- con un camarero de Balearia, comienzan a surgir los espontáneos, o espontáneas, que,
sin ser nada, buscan protagonismo en los medios. Así, nos volvemos a encontrar
con una señorita -de la que, por supuesto, no voy a dar nombre, que se pague
ella su propia publicidad- que fue a un restaurante en Barcelona, el Neri, y no
le supieron dar respuestas en Catalán.
Coñe,
la tipa se puso como un energúmeno y se fue a las redes sociales a arremeter contra
el camarero, que no le entendía, y el encargado del restaurante, que dice que
la menospreció. Luego va la dirección del restaurante y -como Balearia- pide
perdón y que ya verá. En cualquier caso, alguien del restaurante le dijo,
ciertamente, que ella no era nadie, y como ven ni su nombre figura en estas
líneas. Sin embargo, el linchamiento lingüístico se ha producido en la red de
redes. Hasta el segundo de Convergencia
de Barcelona, un tal Joaquín Forn,
le ha agradecido a la susodicha la información para no volver a acudir a ese
restaurante, donde se habla Español,
mientras los nacionalistas independentistas están pidiendo por la red un boicot
total al establecimiento, vamos que hay que buscarle la ruina. Si los demás
hiciéramos eso con los productos catalanes -que cada cual es muy libre, oigan-,
by, by Cataluña. No creo que les hiciera mucha gracia. ¡Pues, como la cojan con
una cosa.
Pero,
lo cierto es que a esta gentuza independentista se les permite casi todo, por
no decir prácticamente todo. Ya ven, en la policía autonómica catalana, los
denominados Mossos -estos no dicen
Mossos y Mossas ¡Serán machistas los
tíos!-, pero pertenecientes a la Asamblea
Nacional Catalana (ASN) están instigando para que sus compañeros -de la Asamblea
o no- desobedezcan al Estado español,
exhiban sus preferencias políticas y que junto al escudo del cuerpo policial
añadan una “estrellada”. Todo ello cuando apenas han pasado unas horas desde
que el Tribunal Constitucional
declaró anticonstitucional las “estructuras
del Estado” de la Generalidad.
Pero no queda ahí todo. Estos energúmenos han escrito en su cuenta de tuiter: “cada
día que pasa el Estado español nos empuja más hacia la desobediencia.
¿Comenzamos?”.
Miren,
para mí que esto requeriría una intervención, sin demora, del ministerio del Interior -y si me apuran, de los
jueces-, con un buen escarmiento para estos desertores y golpistas, que,
además, poseen armas pagadas con el dinero de todos los españoles. ¡Un peligro!
Un escarmiento ejemplificador o ejemplarizant, como el que el juez le dio a la Tonadillera, que terminó entre
barrotes. Por dar ejemplo, vamos. Ahora que, “apañaos” estamos como tengamos
que depender de estos moZetes si nos
vienen a atacar fuerzas invasoras o yihadistas asesinos.
Estos,
como digo, elementos nacionalistas independentistas, están como el niño de la
podemita laBescansa en el Congreso.
Y siempre planteándose la competencia con esta España suya, esta España
nuestra. Lo que se le ha ocurrido ahora al director de una revista catalana, Juan Puis, que sucede en el cargo al
republicano Oriol Junqueras, es airear
un concurso en el que concluye que “Cataluña también va por delante de España en
poner preservativos”. Así, una ciudadana de nacionalidad catalana, de 29 años
-y de la que tampoco escribo su nombre, por la misma razón que con la otra del
restaurante- ha logrado el récord de colocar once aparatos de esos en un minuto
en un concurso organizado por una marca de preservativos. Lo que no dice la
noticia es dónde los puso y, en su caso, si probó la efectividad de los “paratos”.
De todos y cada uno de ellos.
En
fin, el director de esa revista independentista, fue en una ocasión diputado a Cortes y alcanzó su fama al tomar por
asalto la piscina que el periodista Pedro
J. tiene en Mallorca. Como la
podemita de torso desnudo, lasaltacapillas, laRita, pero en versión veraniega. Desde
luego, y no digo más, y como decía también ayer, hay que darle la razón al
podemita elBarredor, porque, en
efecto, a los que hay que tener miedo es a los hijos de puta.
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