O
sea que por obra y la gracia que le ha hecho el juez Fernando Marlaska, el líder la banda de música, se entiende- de Def Con Dos ha sido absuelto
del que se suponía era un delito de enaltecimiento de terrorismo e incitación
al odio. O sea, de nuevo, que aquí puede uno hasta hacerse caca en la madre que
lo parió, que no va a pasar “nádená”. A no ser que de ello se dé cuenta alguna
feminista despistada y afeminada que considere que aquí sí hay tomate. Entonces
sí que ya la “cuaguamaos” de verdad, puro y duro. Pero, por lo de
enaltecimiento del terrorismo, tranquilos.
Pese
a la acusación del fiscal y el voto en contra del juez Nicolás Poveda -dirán de él que es conservador-, que formaba parte
del tribunal, elMarlaska y otra
“compa” es que no ven motivo de delito ni en las letras ni en los tuites del
cantaor -lo de la música va por otro camino-, que no implican delito alguno y,
ni mucho menos, incitan al odio y menos aun son delito de enaltecimiento del
terrorismo. Vamos, que los tuites del cantaor “no tienen encaje en el Código Penal”. Pues, digo yo que será
que habrá que encajar el CP en los
tuites. ¡A ver! Es que si no hay manera.
Resulta
graciosa, por no decir demencial, la argumentación de la juez ponente, Manuela Fernández Prado, para exculpar
al “cantaor”. Si esto ocurre en Alemania,
por poner un símil, con los nazis, los que estarían hoy a la sombra -puede que
lo agradecieran por evitar el sol- serían, estos dos jueces, MarlasKa y Prado,
no lo duden. Es que dice la ponente que el cantaor “trata de que el público
comprenda el sentido metafórico y ficticio que envuelven sus obras” y que su trabajo
“es siempre de carácter pacífico y exclusivamente cultural”. No sé, como dice
la canción, si reír o llorar. Para mí que son ellos los que están incitando, con su sentencia y sus peregrinos
argumentos, al odio y a todo lo demás. Porque, verán, el que se enaltezca a los
GRAPO o a ETA o se burle de Ortega
Lara, que protagonizó el secuestro más largo de la banda mafiosa etarra, no
tiene importancia. Pero, bueno, si ellos lo dicen, será verdad. Pero, para mí,
que también los calores, como a muchos parece sucederle estos días, a estos de
la Audiencia Nacional les ablandan
un tanto la sesera, la del seso, no nos llevemos a error, ya digo, a causa de los
sofocos.
Visto
lo visto, qué más podemos esperar de juicios y sentencias pendientes, por los
mismo o similares motivos. Por poner por caso, el del también podemita y
concejal del ayuntamiento de Madrid,
Guillermo Zapata. Por tres veces, nada menos, las instancias superiores han
ordenado al juez reabrir el caso. Como si se lo gritan al oído, el juez a lo
suyo, a dar carpetazo que tiene otras cosas en las que pensar, como hiciera en
su día el exjuez Baltasar Garzón.
Quiero decir que elZapata puede
permitirse el lujo de meter a cinco millones de judíos en el cenicero de un Seiscientos y denigrar a las víctimas
de ETA y a las tres niñas asesinadas
en Alcaser que no passsa nada, que
es libertad de expresión, cuando no humor negro. Cójanlo por las hojas, o por
donde más le interese. O como el caso del asalto a la capilla de la Complutense por parte de la portavoza
de laSeñáManuela, Rita Maestre, la del torso desnudo y
azote sexual de Ansón, que nos iba a
hacer arder a todos como en el 36. Otra que también tiene bula papal -al menos,
sí, la del obispo de Madrid, que la ha perdonado- para “escojonciarse” y retorcerse
de risa, porque, pese haber sido
condenada, será absuelta o, si me apuran, si fueran necesario, indultada. Al
tiempo.
Hay
todavía más casos de este cariz de podemitas varios, pero estos referidos son,
sin duda, los más significativos, porque resultarán, una vez favorables para
ellos, paradigmáticos.
Si
es que ya lo dijo Monedero, podemita
y cofundador del partido de elBarredor -aunque parezca un tontales-,
que tienen un montón muy grande, muy grande de afiliados de jueces y guardias
civiles esperando la hora en que la voz de su amo haga la señal de partida para
encarcelar a media España, si hace
falta. De momento, como la pifiaron el 26J,
se están limitando a dejar libres a los suyos absolviéndolos de toda culpa.
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