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martes, 9 de agosto de 2016

Al enemigo, ni agua

Es que parece como que si no se mueven los del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) -y alguno que otro más- los que tienen que hacerlo ni se dan por aludidos. El tiempo vuela y los plazos también. Por eso, hay que tener todo preparado para cuando llegue el momento poder presentar todos los recursos que sean posibles y necesarios para impugnar la candidatura del etarra Otejjji a la presidencia del País Vasco. Las elecciones autonómicas están a la vuelta de la esquina, y el menor descuido puede permitir que un dirigente etarra llegue a presidir el gobierno vasco.
Por de pronto, los de COVITE ya han solicitado a los magistrados de la Audiencia Nacional que le apliquen al etarra la sentencia que no sólo condenó a Otejjji a prisión por su pertenencia a la banda terrorista y mafiosa de ETA sino que también lo inhabilita para el ejercicio de cargos públicos hasta 2021. Parece que ahora los van a seguir los políticos, y elPepé, Upeydé y los Cíus están dispuestos a impugnar su candidatura. El 29 de agosto se proclamarán los candidatos y a partir de ahí comenzará la movida, unos para impugnar y otros para presentar alegaciones, ante la Junta Provincial Electoral de Guipúzcoa. El que los podemitas y los izquierdosos de Alberto Garzón no se pronuncien, no es de extrañar. Ya sabemos por dónde respiran. Lo que sí llama la atención es el silencio de los de laPesoé, que están como que la cosa no va con ellos, tras “el gol” que les metieron los proetarras, que les colaron a un batasuno inhabilitado como parlamentario en el Parlamento vasco, un tal Iker Casanova.
Por ahí van a ir los tiros ahora de los etarras, a burlar la Ley, además de manera chulesca, como lo dijo el otro día el etarra: “no va a haber Tribunal ni Estado, ni Guardia Civil ni Ejército español” que le impidan presentarse. No se puede desafiar más en menos. ElGordo, como así lo conocían en el hampa terrorista al candidato, condenado a prisión por su pertenencia a ETA, golpista como los secesionistas catalanes, amigo de elBarredor podemita, Pablo Manuel Iglesias, que reta prácticamente a todos los poderes del Estado español, está dispuesto a, ya digo, como los sediciosos catalanes, pasarse todo por la entrepierna.
Razón, desde luego, no le falta, si sigue la argucia de su camarada Casanova y la Fiscalía continúa en sus trece con sus argumentos de iletrado. Porque, si este entró en el Parlamento vasco fue por la interpretación que de la sentencia de la Audiencia Nacional hizo el fiscal. Y es que la sentencia sobre la inhabilitación “no significa que sea susceptible de afectar al cargo público electivo que el reo obtuvo con posterioridad” y que la citada  sentencia no “concreta a qué cargo público se refiere la inhabilitación”. Es decir si para concejal, diputado autonómico, diputado a Cortes y etcétera.
¡Señor, Señor! De poco le sirvieron al fiscal tantos estudios académicos! Si el asunto es muy sencillo, de cajón: si se ve que un delincuente va a cometer un delito, pues se le impide que lo realice -prevención- y si hay leyes que definen lo que es delito, pues se le aplican al que delinque. Para ser más claros -aunque si la Fiscalía quiere un croquis se lo hacemos-, si la sentencia dice que está elGordo está inhabilitado el hecho de presentarse como candidato ya no está bien, se le impide; y si en la sentencia se especifica que queda inhabilitado para ejercer un cargo público, ya me dirán si no está concretado: todos, desde el primero hasta el último. Más claro, agua. No se puede presentar, luego no puede ser elegido. Estará en su derecho de reclamar o recurrir, digo yo, pues que lo haga, cuantas veces sea necesario. Al enemigo, ni agua del Duero, que miren que es mala para beber.

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