Si ayer los
olímpicos nacidos en Cataluña y que
representan a España en los Juegos de
Brasil resultaba que a quien en realidad representan es a la República Independiente de Cataluña,
hoy nos han enterado estos catalanes sediciosos de que la bandera de los Estados Unidos of América, sí la de los
yanquis, la de los de EEUU, está
inspirada y tiene su basamento en la bandera catalana. Y los estadounidenses
tan tranquilos e ignorantes ellos. Lo más gracioso es que los de USA no saben, ni con mapa, dónde se encuentra
Cataluña; miren, si acaso, algún despistado que se acuerde de los Juegos Olímpicos de Barcelona.
La Historia de Cataluña, la nueva historia, no ha terminado de escribirse en esa
comunidad autónoma española; como la nouvel cuisine, se está cocinando todavía.
La batalla de Lepanto fue comandada y
dirigida por los marinos catalanes, dicen los historiadores de la República, y
si la perdimos, decimos nosotros, a ver si es que había gato encerrado. Castilla, insisten, de mares nada, pero
se olvidaron de Unamuno que -aunque
vasco él- estaba perdidito por el inmenso mar de Castilla. Por eso, o de ahí,
que Cervantes, don Miguel -el de El Quijote- sea también catalán, que allí lo conocieron estos
historiadores y, de paso, sumaron a Calderón
y a Lope de Vega, lo que ya habían
hecho con Colón y, posteriormente,
con Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, El Cid Campeador y hasta sus caballos.
Pero, habrá más. No se
preocupen o inquieten. Quizá algún día nos sorprendan a algunos de nosotros
mismos, ciudadanos anónimos, y nos citen en su Historia como nativos auténticos,
de pura raza o cepa, de la República. Porque, a lo que parece, a estos
historiadores les deben pagar por cantidad de nuevos hijos patrios. Y menudos
sueldos. Tanto como a los de la CAC,
el organismo que controla a los audiovisuales catalanes, el mismo que considera
lícito que una presentadora de la tele oficial, TeuveTres, queme en su programa en directo un ejemplar de la Constitución de España. Aunque tampoco
hay que extrañarse, porque el pepero Jesús
Posada, a la sazón presidente del Congreso
de los Diputados permitió que un diputado de Bildu hiciera añicos en el tribuna de oradores otro ejemplar de la
Constitución. El etarra, como si en su vida hubiera roto un plato, y el pepero
tampoco.
Bueno, pues que eso,
que unos se inventan la historia y los otros la dan a conocer. Es decir los que
se crean la película cobran una muy buena pasta, pero los que la difunden,
todavía más. Hay cargos en la TeuveTres catalana que saltan de los cien mil
euros, incluso se suman cantidades que no les corresponden. Ya se les ha
requerido para que renuncien a esos más de veinte mil euros que cobran de más y
que devuelvan lo robado, pero no saben decir otra cosa que no sea que ¡verdes las
han “segao”! Y con eso lo arreglan todo. ¡Como para no querer ser
independentista! Eso y lo que haga falta, incluso si hay que agacharse se
agachan y si hay que decir chorradas se dicen. Total es un momento y el jornal
es el jornal, el que les da la vidorra.
Bueno, pues otro
aspecto más de lo que se nos viene encima, si alguien no lo remedia, que no lo
va a remediar. Porque alguien, como diría elCetapé,
es del viento y el viento no se mueve si no se mueven los árboles. O quizá sea
de al revés. A saberse. O como al etarra de Bildu recién salido de la sombra
-con lo bien que estaría todavía allí, con tanto sol y calor-, Arnaldo Otejjji, tan chulín él que está
convencido de que no lo moverán, que “no habrá guardia civil ni Ejército” que
impida su candidatura a presidente de las provincias vascongadas. Lo cierto,
pero malo, es que acaso tenga razón, si alguien no lo impide. Pero, es que ese
alguien anda ahora por Cataluña.
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