Mejor tomaba ejemplo del atleta
francés que se lo hizo encima
al comenzar la carrera de 50 kilómetros en
Río,
se desplomó en el treinta y cinco y llegó a meta en octavo lugar
El
podemita -o no- cagón Uiyi Toledo – que se apellida así como
podría apellidarse Zamora- se ha vuelto
a cagar. El polemista -que no actor, vamos, que ni por ensueño-- se ha acordado
de todos los muertos del atleta Orlando Ortega,
cubano de nacimiento y nacionalizado español, que ha logrado una medalla de
plata para España en los juegos de Brasil 2016. Calificó al atleta español
de gusano y de pobre hombre y le auguró “el mal que ya se encargará de hacerle
esta España miserable, cuando deje de ganar medallas”. No contento con esto, al
ver las reacciones contrarias a sus insultos en las redes sociales, Uiyi se
cagó. Debe de ser una manía suya, un tic, cuando algo no le gusta, y muestra su
demencia intratable.
Ya
saben, cuando la alcaldesa de Madrid,
laSeñáManuela, dio a conocer los
nombres de los integrantes de la Comisión
para la Memoria Histórica, el chico
se cogió un cabreo de los de armas tomar y llegó a decirle a la mandataria
municipal que si ella se “caga en nuestros muertos yo me cago en los tuyos”.
Pero, ya antes, elUiyi nos mostró su afición por las colitis y gastroenteritis
agudas, porque el día de la Fiesta
Nacional de España, el doce de octubre, tuvo que tomarse varios fortaseses,
para que se le pasara la diarrea. Se “escagarrució” todo él. No encontraba wáteres
que acogieran sus incontrolables e incontroladas deposiciones: “Me cago en el
doce de octubre”, “Me cago en la Fiesta Nacional”, “Me cago en la monarquía y
sus monarcas”, “Me cago en el Descubrimiento”, “Me defeco en los conquistadores
codiciosos y asesinos”, “Me cago en la conquista genocida de América”, “Me cago en la Virgen del Pilar“, “Me cago en todo lo
que se menea”. ¡Puff”! Les digo que ya huele hasta aquí que apesta.
El
hombre pobre -además de pobre hombre- que es elUiyi tiene que saltar con esta
gilipolleces, porque, eso sí agradecimiento sí que se lo tiene a los hermanos Castro, que lo mantienen y le dan de
comer, tan sólo para que, en ocasiones como esta, suelte una serie de improperios
y exabruptos, que es lo que le toca y que ya tiene preparados. Lo de mal o bien
nacido, me parece que ya lo sabemos todos. Y encima es que se coge cabreos
inconmensurables, porque las gentes se cagan en él, porque lo tratan como si
fuera -o es que ya lo logró- un mono de feria, de los del pinpanpum, y premio
para el caballero, un regalito para la novia. O sea, que a la suya propia
cagalera le tiene que sumar las cagadas de los demás, que son muchas, digo,
muchísimas, tantas que ya no tiene ni dónde guardarlas. Y es que el que se pica
ajos come, aunque sea condimentados con mierda.
Mejor
tomaba ejemplo elUiyi del atleta francés, que se lo cagó todo encima. Cincuenta
kilómetros marcha tenía que recorrer Yohann
Diniz, que sufría problemas estomacales, de lo que dio buena fe su propia
defecación, que le chorreba por las piernas. Así y todo, este hombre -campeón
del mundo de la especialidad- siguió corriendo, hasta que, debilitado y
deshidratado a causa de la gastroenteritis, se desvaneció en plena carrera, en
el kilómetro treinta y cinco. Verdaderamente dramático. Pero, no terminó ahí la
aventura del corredor, porque una vez recuperó el sentido siguió corriendo. Así
y todo logró concluir la prueba en octavo lugar. Pues, eso, que sepa elUiyi
Toledo que la cagada del deportista está justificada y, si me apuran, hasta es loable,
con olor a pundonor. Pero, lo de este majadero amancebado y apesebrado en Cuba, que obedece a ojos cerrados los dictados
de la voz de su amo, es una verdadera cagada de las que apestan, porque huele,
no precisamente en Dinamarca.
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