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domingo, 4 de septiembre de 2016

La valentía de Aramis y el ridículo de Rajoy y Guindos



Aunque el exministro Soria reúna todos los requisitos para el cargo,
su nombramiento, hoy, se torna en algo obsceno, indecoroso e inaceptable



Vamos a ver, hombre; a ver si nos vamos enterando, macho, que aquí parece que estamos algunos en el guindo y que otros se comen las cerezas. Es decir, que el exministro Soria tiene derecho al cargo ejecutivo en representación de España en el Banco Mundial y que no dárselo sería una injusticia, es más hasta un delito. Bueno, siendo así, tal como se expresan el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de las Economías, Luis de Guindos, nada que objetar, y punto en boca, que en boca cerrada no entran moscas. Para ser más puntuales, aquí no ha pasado nada y todo lo que se diga son ganas de enredar, de jorobar con la pelota.

Ciertamente, si partimos de que el exministro Soria es funcionario público y tiene el nivel que se exige para la okupación del cargo, así como los requisitos necesarios, sin problema. No obstante, por mucho que se empeñe elGuindos en remachar que no es una elección política, no convence ni a la de al lado; pero, vale: el tío está suficientemente preparado, es muy bueno en lo suyo y muy válido. Bien. Sólo se nos ocurre un pequeño impedimento: Soria fue ministro del Gobierno de Rajoy y tuvo que dimitir por encontrarse inmerso en el escandalazo de “Los Papeles de Panamá”. Desde el momento en que se tuvo conocimiento de su implicación, Soria lo negó a diestro y siniestro, “palanteipatrás” y si fuera menester se batía en duelo con quien se le pusiera por delante, en radios, en teuves, en periódicos. Allí estaba, para quien quisiera algo de él. Hasta que la realidad de los hechos le obligó a desdecirse de todo lo dicho, y tuvo que dimitir. Estuvo mintiendo un buen trecho, y quedó en evidencia al su partido, bastante maltrecho ya por los casos de corrupción.

No satisfecho con todo esto, el exministro Soria, dice el ministro Guindos, pidió el cargo ya antes del verano. De haber sabido que había esa vacante, a otros muchos le habría interesado. Pero, la silla ya tenía pretendiente, que son más de doscientos cincuenta mil euricos del ala, libres de impuestos. Sin desperdicio. Sin embargo, para Rajoy y Guindos -ambos de viaje a China- el caso no tiene importancia alguna y sólo la ha adquirido porque algunos se la han querido dar. Evidentemente, los que somos malos de toda la maldad. Gracias.

Y se equivocan los dos, porque, aunque el exministro Soria reúna todos los requisitos para el cargo, lo que en otra ocasión sería algo normal y admisible su nombramiento, hoy se torna en algo obsceno, indecoroso e inaceptable. En el propio Soria tenía que haber estado también el no pedir el cargo, aunque sólo fuera por vergüenza -torera o no, da igual-, porque mintió a todo el país ¡Y cómo se ponía para decir que todo era falso! Mintió, repito, y tuvo que dimitir. Pero, para eso estaban Rajoy y Guindos, que no han entendido que ante el vicio de pedir está la virtud de no dar. Y punto cabal.

Y se equivocan los dos, porque lo único que han logrado con defender la decisión y no anularla es quedar, como ayer Dolores de Cospedal, en ridículo ante todo el país y su partido dividido y, por si fuera poco, en entredicho ante la opinión pública. Y no es este el mejor momento para transmitir esa imagen, y menos tras la doble sesión fallida de Investidura. Allá ellos. Porque es que, miren, hasta Aramis Fuster ha quedado en mejor lugar. Se ha pasado toda su vida viviendo de lo que nunca fue, de bruja y de vidente. Ella misma lo ha dicho, que no es ni lo uno ni lo otro. Ha tenido la valentía de confesarlo, aunque ello le haya proporcionado unos ingresos extra.






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