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sábado, 29 de octubre de 2016

Adelante hombre del seiscientos

Nadie se llame a engaño, que además ya lo avisó elMaryJoy, y el que avisa no es traidor, que no se va a arredrar y a desaprobar lo que ya tenía laPepé aprobado. Que es que ya tenemos presidente del Gobierno de España; bueno, ya casi casi, a falta de que lo ratifique Su Majestad el Rey del reino, que anda por las colonias de ultramar. O ya no. Y hasta primer partido de la oposición, coño, tenemos también, que para eso fue al primero que saludó el pepero tras la votación, quiero decir a Hernando, el de laPesoé, y lo distinguió antes incluso que a su socio naranja Alberto, elRivera. Los gestos son los gestos, oigan.
Allí estuvo, y lamentablemente seguirá estando -porque nadie hizo nada ante los tribunales para ilegalizar su partido-, un sinvegüenza y proetarra de los de Otejjji, "elGordo" -el hombre de paz y de bien, como lo consideraba elCetapé- para humillar a los cerca de mil asesinados -y a sus familiares- por sus correligionarios criminales y mafiosos de ETA. Allí estaba también, como diputado pepero, el que fuera anterior presidente de las Cortes, que en su día permitió a otro proetarra de Bildu romper en el lugar de los oradores de esa Cámara un ejemplar de la Constitución. Jesús Posada pasó de la afrenta. El susodicho proetarra salió indemne. Vergonzoso, todo ello.
Los que sufrieron, y un montón, fueron, sin duda, los de laPesoé. Menudos ataques recibieron por parte de las izquierdas. El que se explayó, pero bien, fue elRufián, este de los republicanos catalanes, que lo es de hecho y de apellido, digo rufián. Oigan, que se pasó tres pueblos, no sé si por la adrenalina del momento o por los sopores de los licores espirituosos, y otros. ElBarredor podemita felicitó al catalán, compañero del alma, compañero, al pasar al lado de su silla. Por cierto, Pablo Manuel ya se integró del todo en la casta; no salió a saludar a la manifestación de Rodea el Congreso. Lo retuvo elSiete Mesino, y bien se lo agradeció el pavo, que hasta le dio un abrazo, como si allí no pasara nada.
Lo peor para elBarredor, que demudó la faz, fue cuando el naranja, elRivera, le dijo desde el estrado que no se hiciera ilusiones, que ahora lo que tocaba era trabajar. Vamos, que se le acabó el chollo y lo de no dar un palo al agua. También repartió bacalao elRivera para elMaryJoy, al que va a seguir de cerca, se va a convertir en su "pepito grillo". Algo similar le anunció elHernando, el de laPsoé: que no se resbale elRajoy que no le va a echar una mano, otra vez. 
El gran ausente, el convidado de piedra -jejé-, estuvo como presente elPedroQué, que por la mañana montó su numerico particular. No quería "traicionar" sus principios -no es no-, pero tampoco quería desobedecer el mandato del su Comité Federal. Así que optó por la calle de en medio: renunció a su acta como diputado, que es como abstenerse también, y sin dar la oportunidad de que otro diputado -el sustituto- se expresara; eso se hace antes, hombre, con tiempo, lo de la renuncia. Y el hombre se marchó todo emocionado, prácticamente lagrimeó, no se sabe si por tener que dejar la silla del Congreso o por lo que le diría la mujer de rojo a la hora de la comida. El corazón le decía una cosa y la mente otra. Sentimientos encontrados que se dice.
ElPedroQué sacaba fuerzas de flaqueza para pedir a la Gestora pesoísta que no le hicieran nada a los díscolos del "no", pero no le dijo a esos mismos que, como él, siguieran el mandato del Comité Federal; tampoco lo habrían hecho, que una silla en esa Cámara vale un  potosí. No obstante ya anunció que se iba a coger el coche y a recorrerse los pueblos de España -un país en la mochila-, que se perderá por las carreteras, pero que algún día volverá. Todavía nos queda mucho por ver.

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