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jueves, 27 de octubre de 2016

Golpe de Estado

Su majestad el Rey se va para Cartagena de Indias
a algo que se celebra allí, dejando lo que se juega aquí

Y a todo esto, ya ven, el nuestro Rey, Su majestad Felipe VI, de excursión por Cartagena de Indias. Ya me gustaría a mí acompañarlo. Pero, miren, por mucho que se le haya perdido por allí, mejor habría hecho en enviar un representante, que es más lo que se juega aquí. Así que, en resultas, no tendremos presidente de Gobierno en España hasta el domingo, hasta que el Monarca se digne firmar el nombramiento. Hombre, que no diga luego que no lo avisamos -y ya van muchas veces-, que su sitio en estos días es estar aquí, en silencio, sí, pero viendo todo desde La Zarzuela, que se note que está en su reino.

Como lo del Golpe de Estado de esta mañana en sede parlamentaria. Era como estar viendo a Tejero. La baladronada de referéndum o referéndum sonaba en el Hemiciclo, como los tiros del 23F del 81. En aquella ocasión era un Guardia Civil vestido de verde y con tricornio; el de esta mañana era un tipo vestido de negro, con el mundo por montera. Anunció -en nombre y mandato del presidente de la Generalidad de Cataluña, el delincuente y golpista Puijidemón, cuya mayor virtud y curriculum condensado tiene como referente ser el hijo de un pastelero-, que a los nacionalistas independentistas catalanes la Ley española se la suda -una vez más-, vamos que les resbala y que si algún tribunal osa inhabilitar a laMalPeinada Forcadell, ipso facto, el Parlamento catalán la rehabilitará. Y más: ya se está trabajando en la preparación del referéndum de septiembre de 2017 y, en breves, ese mismo Parlamento aprobará las leyes de desconexión de Cataluña con España.
Toda una declaración y confesión de intenciones o la crónica de un Golpe de Estado anunciado, como prefieran. Bien es cierto que las palabras de este parlamentario catalán -vestido de negro a imitación, para mayor gloria, si a mal no viene, de algún héroe de telenovela, o serie- hay que creerlas, pese a que para decirlas, al igual que su camarada de partido en la bancada, se haya tenido que tomar un carajillo tras otro y otro más. En esos estados es cuando más se dice la verdad. Hasta para despedirse llamó compañeros a los podemitas. Todo lo dicho por el de la melena cana lo ratificó el del pelo blanco, más fino, pero Homs, al fin y al cabo.
Sí sabía bien lo que decía elBarredor podemita, Pablo Manuel -el "capullo" y "gilipollas"- quien consideró que había más delincuentes dentro que fuera, entre los manifestantes de "Rodea el Congreso". Imagino que entre esos delincuentes estarían de manera potencial los sus camaradas diputados de Unidos Podemos, sin excluirse, por supuesto, él mismo. En cualquier caso, por mucho que luego quisiera dar a entender que se refería a los de laPepé, no ha dejado de ser el mejor aliado de Rajoy, porque, visto lo visto, si no hubiera sido por los podemitas, -que no apoyaron en su día a elPedroQué- el pepero no sería presidente del Gobierno el domingo, una vez elegido el sábado y firmado el domingo.
Resultaba gracioso ver al socialista Hernando -otrora seguidor irremisible de elPedroQué y máximo exponente del "no es no" y del "qué es lo que no entiende del no"- justificar la abstención de laPesoé -de los que se abstengan- y vanagloriarse de ser el partido, el suyo, el que va a desbloquear la situación. ¡Coño, pero para este camino no habíamos necesitado de esas alforjas! Me parece a mí.
Ya podrían haber aprendido los de laPesoé del ciudadano Rivera, el hombre del sí, vale, tanto con los pesoístas como con los peperos. ¡Tóelmundoebueno! Ahora que como se pase un pelín elMaryJoy, se le planta y se planta, lo va a encontrar. ¡Ojito, ojito!
Como entenderá su Majestad, pongamos que estamos hablando del Pleno del Congreso para investidura del nuevo presidente -aunque repita- del Gobierno de España. Por si por un casual le cae esto en sus manos, para que se entere, por si es de su interés, que es que se trata de España, lo único importante.


Postdata: Señor Rey, ya ve, no se les puede dejar solos. Entre unos y otros, la payasada que nos faltaba, se puede imaginar usted de quién. Acaso, podemos.

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