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lunes, 17 de octubre de 2016

La Ley, por los cuernos

Una jueza valenciana archiva la causa contra
el maestro que se mofó del torero Víctor Barrio

La juez titular de uno de los juzgados de Primera Instancia de Valencia ha archivado la causa contra un maestro, quien en su día se mofó en las redes sociales del torero Víctor barrio, fallecido a causa de la cogida de un toro. La titular de ese juzgado no comparte el criterio de un denunciante, un abogado de Castellón, que lo acusaba de un delito de "incitación al odio", por todo lo que el maestro de escuela vertió contra el maestro torero. Víctor Barrio, de tan sólo veintinueve años de edad, era una promesa del mundo del toreo. Un toro truncó su vida. Un individuo se mofó por ello.
Para "Sa Señoría" el maestro no torero no exhortaba en su correo a cometer actos de violencia o de odio contra un colectivo y que si alguien tiene que denunciar algo son, en definitiva, sus familiares, siempre que estos consideren que ha habido injurias o vejación injusta grave, de lo que, al parecer, tampoco se ha percatado "Sa Señoría". De todas formas, ya veremos ya, como se cierra el caso, porque el abogado no se ha dejado amilanar por "Sa Señoría" y ya plantea recurso a la cerrazón y al carpetazo de la señora jueza.
Argumenta el abogado, con un criterio más que acertado, y lógico de toda necesidad, que el acusado no se ha "limitado a remitir una carta o correo electrónico a los familiares" del torero fallecido -que ya le vale-, sino que sus comentarios en una red social pública, tal cual es Facebook, lo que realmente pretenden, o el objetivo que persiguen, es instigar a la ciudadanía contra las personas del "mundo taurino" y, en especial, contra los toreros y sus familiares". Pues, nada, a esperar a ver que dice ahora la buena señora, "Sa Señoría".
Así que "apañaos" estamos, porque si esta señora jueza da por concluido el asunto, creando jurisprudencia -que esperemos que no- el rapero podemita Hásel -ídolo musical de el podemita elBarredor- se estará frotando las manos. Este berreador profesional celebraba en tuiter de esta manera la muerte del joven torero: “si todas las corridas de toros acabaran como las de Víctor Barrio, más de uno íbamos a verlas”. Sencillamente, salvaje. La Fundación del Toro de Lidia lo tiene denunciado, al rapero. Confiábamos en que pudiera componer alguna "rapería" en el presidio, pero ya intuimos -tras lo de "Sa Señoría" de Valencia- que va a ser que no; en cualquier caso, por cómo toca y pía, me da que no íbamos a tener un rock de la cárcel dos.
Ya me dirán, también, a dónde van a ir a parar las denuncias contra los que deseaban la muerte del niño Adrián, de ocho años, que padece cáncer, y al que le gustaría ser torero cuando sea mayor. Además de sufrir un cáncer calificado de "devora niños", unos animalistas animales se alegraban hace muy poquitos días de que el niño Adrián fuera víctima de esta enfermedad y total -venían a decir, porque le gustaba el mundo del toro- que como se va a morir, que se muera ya. ¡Qué bárbaro! Y, oigan, que aquí ya no se trata de animalistas cabreados, se trata, más bien, de verdaderos animales, bestias, que quieren que un niño, una persona, se muera. Aunque, que sepamos, todavía ninguna asociación animalista, de tantas cómo proliferan, ha rechazado la deleznable actitud de esas bestias humanas.
"Sa Señoría" va a lograr, porque sí, que el maestro valenciano, el roquero berreador y estos animalistas animales se libren de un buen escarmiento, que serviría de ejemplo para otros desalmados, que, como ellos, seguirán su ejemplo a no mucho tardar. Y luego, cuando pisemos por la acera una caquita de un bicho y nos acordemos de la madre que lo parió, al dueño, que nos disculpe "Sa Selñoría", fue sin querer, un calentón del momento, no nos encarcele, por favor.

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