Adrián sufre un cáncer de huesos “devoraniños".
Los animalistas quieren que se muera ya
Ya se necesita tener mala entraña
y mala bilis y hasta casi me atrevería a decir que mala progenitora, que qué
culpa tiene ella, pero es que encorajinan estos que se dicen animalistas,
cuando no son otra cosa que peor que animales salvajes. Sólo a ellos se les
ocurre la mala idea de decirle a un niño con cáncer que va a morir. Sí, lo más
probable es que muera a causa de ese mal, pero los animales estos –con perdón
de los bichos- ya lo han juzgado, lo han sentenciado y, si por ellos fuera, ya
lo habrían matado. Y todo porque al pequeño Adrián, de ocho años, le gusta la
Fiesta Nacional, le gustan los toros y ama a los animales y le gustaría ser
torero.
No lo soportan esos animales
animalistas y han utilizado las redes sociales para desearle a Adrián que se
muera. Tal cual, “que se muera, que se muera ya. Un niño enfermo que quiere
curarse para matar herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir. Anda
yaaaaaa! Adrián vas a morir”. Semejante parrafada no se le puede ocurrir a
nadie que no sea un descerebrado, un loco de atar. Pero, ya ven todavía los hay
y, a lo que se ve, andan pastando sueltos, como no podía ser de otra manera,
escondidos en el anonimato. ¡Olé, qué valientes!
Adrián sufre un cáncer de huesos
“devoraniños”, con metástasis pulmonar. La mayor ilusión del pequeño es llegar
a ser torero. Hace unos días tuvo la ocasión de ser el protagonista de un
espectáculo taurino. Junto a sus ídolos toreros asistió a una corrida benéfica
para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer. Ese fue el mal, el delito
cometido por Adrián. Por eso, tan sólo por eso, los animales animalistas
lincharon durante horas al pequeño a través de las redes sociales; eso sí, ya
digo, escondidos tras el anonimato. No se crean, no, ninguna asociación de
estas denominadas “verdes” o animalistas –que lo mismo da que da lo mismo- han
salido en defensa del niño, aunque sólo fuera porque es un ser. No, no, por
supuesto, para ellos es más importante el toro de Tordesillas. Para la junta de
Castilla y León también.
Que digo yo que acaso –es tan
sólo una sugerencia, líbreme el cielo-, una vez que Sus Señorías resuelvan el
grave dislate que mantienen con la Real Academia de la Lengua por eso de los
“jueces” y “juezas”, podría echar un “vistacico” a los ataques malévolos, de
los animalistas contra Adrián. Que no es por nada, ya digo, pero quizá se
pidieran ampliar los fondos de la bolsa que el niño obtuvo para combatir el
cáncer, que quién sabe, a lo peor puede afectar a familiar o amigo de estos
animalistas indeseables, apestados y apestosos.
Soy consciente de que nada tiene
que ver un caso con el otro. O sí. Pero es triste, lamentable, que adultos sin
escrúpulos se valgan de los niños para hacer sus barrabasadas. Ahora me estoy
refiriendo al homenaje que obligaron a rendir a cincuenta niños vascos, menores
de edad, a los asesinos sanguinarios de ETA. Sucedió a finales de septiembre, y
en un instituto, en Hernani. Enaltecimiento del terrorismo y humillación de las
víctimas. Evidente. Pero los niños no son los culpables; los niños sólo son
niños. Alguien hubo que organizó el acto. Si las señoras juezas concluyen
pronto su litigio con la Real, quizás, un por favor, podrían también,
igualmente, cerciorarse de lo que pasó allí, en el “insti”, realmente. Gracias.
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