La “Acepción Sexta” del
diccionario desmoraliza a Sus Señorías,
que amenazan a los académicos de
la Lengua Española
¡Maldita
sea la sarna! Ahora nos toca sufrir lo de la mujeres juezas, o jueces vayan
ustedes a saber. A ver qué deciden ellas, porque, a lo que parece, son ellas
las que van a decidir o quieren decidir. Las de la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE)
también tienen derecho a decidir, o al menos, a opinar. Libertad de expresión,
que esperemos que no pase de ahí, porque amenazar ya están amenazando. ¡Y como
son juezas! Convencidas están de que hay que hacer cambios en el diccionario de
la Real Academia Española de la Lengua
(RAE). La “Acepción Sexta” sobre la
definición de jueza no les gusta. Pero que ni un pelo.
La
“Acepción Sexta” no tiene nada que ver, no vayan ustedes a pensarse, con la
famosa Primera Enmienda de los Estados Unidos de Norteamérica. Pero,
como si lo “fueriese”, porque estas juezas asociadas quieren hacer de la “Acepción
Sexta” su bandera, lo que, al parecer, da sentido a la su creación y
permanencia “inhilotempore”, “perséculaseculorumamén”. No hay nada más
importante que lo de la RAE y la
discriminación que de ellas, de las juezas, hacen los filólogos, entre los que hay,
por supuesto, mujeres.
Que
no digo yo que más de uno, de dos y de
tres, o más, de los de la Real Academia sobran. Sí, sí, cierto, de acuerdo.
Aunque las juezas no piden el cese o la dimisión de los académicos
correspondientes, no; sólo se muestran contrarias a la “Acepción Sexta” y
quieren no que se cambie, sino que se retire, por las buenas o por las malas.
Para
las juezas, muy dolidas ellas, la “Acepción Sexta” es “un giro anacrónico más
propio, en su caso, de un diccionario histórico, pero nunca de uno normativo” y
que “perpetúa estereotipos sexistas incompatibles con una sociedad igualitaria”.
Entienden Sus Señorías que la “Sexta Enmienda” –léase la “Acepción Sexta”-
“colisiona con la Ley de Igualdad de
2007” y que es tal que totalmente irrespetuosa con la “dignidad del colectivo
de juezas”. Y, por si fuera poco, coño, la foto oficial que “cada año ilustra
una apertura del año judicial sin mujeres, infantilizan e invisibilizan a las
juezas españolas, que rubrican más de la mitad de las resoluciones que se
dictan anualmente en el país”. Lo que traducido, para que nos entendamos,
quiere decir que nada tiene que ver la velocidad con el tocino, o viceversa, o
que Dios nos llame ya “confesaos”.
Más
claro y más solidario también por parte de las juezas: que no se reproduzca el mismo
patrón sexista en otras profesiones ejercidas por mujeres, es decir entender
como fiscala a la mujer del fiscal, zapatera a la esposa del zapatero- no de elCetapé-, médica a la pareja del
médico, o peluquera a la correspondiente del peluquero. Ahí está, ahí está la
ya famosa “Acepción Sexta”. Y todo un país sin darnos cuenta. ¡Esto no puede
ser! Y lo que no puede ser es que no puede ser.
Años
llevan postulando colectivos de otras “especies” para que se realicen cambios
en el sentido de palabras o que desaparezcan palabras del diccionario, y nada.
Por lo menos, las juezas pueden darse por satisfechas, porque ha sido el
mismísimo director de la RAE –seguro que por ser vos quien sois, a ver- quien les
ha dado ya una respuesta. Coño, pues que lo van a mirar, a estudiar y a valorar
“para su posible inclusión en la vigésimo cuarta edición”, del diccionario, se
entiende.
Otra
cosa no sabrán, pero elucubrar, a las de la Asociación de juezas se les da de
maravillas –no confundir con los del Patio
Maravillas-. Ya han echado las correspondientes cuentas. Si en poco más de
dos siglos se han publicado veintitrés ediciones
del diccionario de la RAE y el promedio entre una edición y otra durante el
último siglo es de unos diez años “es posible que la edición vigésimo cuarta en
papel no vea la luz antes del año 2024”. Así las cosas, las juezas “encabronás”
no están dispuestas a seguir ejerciendo la profesión en esa situación de
indefensión sin que se anule o reforme la “Acepción Sexta”, y ya amenazan con
otro tipo de acciones, que suponemos, legales. Y hacen bien, leche, que con una
“Acepción Sexta” de esas características no puede funcionar un país. Pues, eso,
que todos los de la Real Academia al trullo. No se merecen otra cosa.
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