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sábado, 12 de noviembre de 2016

El rojo del Vaticano


Si para ser cristiano hay que apuntarse al comunismo,
muchos serán loa que abandonen la religión católica


Afirmaba la lozana andaluzzza, Susana Díaz, que el recién elegido presidente de los Estados Unidos, elTramp, y los podemitas beben de la misma fuente. Como no podía ser por menos, elBarredor Pablo Manuel le salía al quite y se preguntaba que qué era lo que ella bebía o qué era lo que bebía ella. Allá ellos, que se polemicen entre sus partes lo que les venga en gana y que beban lo que quieran. Lo que a mí me intriga, y me preocupa que tenga que planteármelo, es si Su Santidad el Papa, aparte del habitual del de "consumir" -llamado así el vino de la celebración en la Eucarística- le da al pimpi de extranjis.

Jopé, es que este Francisco nos trae a mal traer con sus salidas de pata de banco de ermita de pueblo. Pues, no te digo, ahora le da por pregonar en voz alta una filosofía barata, que se saca de no sabe dónde, para concluir que el comunismo, el marxismo- leninismo es lo mejor del mundo mundial. Sí. sí, tal cual. Para el Sumo Pontífice "son los comunistas los que piensan como los cristianos". Sí, sí, a sí respondía el Papa a una pregunta que le formulaban en una entrevista en el diario italiano La Repubblica, en el sentido de si quería una sociedad de inspiración marxista.
Que Dios nos coja "confesaos". Porque como por una casualidad -que el Creador quiera que no, aunque sea llevándole la contraria a su Representante en la Tierra- se impusiera en el universo universal el régimen comunista ya podíamos emigrar, aunque sea a Marte, donde Dios no tenga franquicia. Baste recordar las masacres que en nombre de los "pobres, débiles y excluidos" han cometido los comunistas a lo largo de la Historia de la humanidad. Sólo -como el que no hace la cosa- veinte millones de asesinados en la Rusia roja, más de sesenta y cinco millones de asesinados en la China de Mao, más de dos millones de asesinados por los Jemeres Rojos en Camboya y, más cercanos en el tiempo los continuos asesinatos impunes en Corea del Norte bajo el régimen y dinastía de los Kim, que a día de hoy ya ha matado al menos a dos millones de coreanos.
Así uno se explica que no tenga reparos el Santo Padre en conceder audiencia a los autodenominados "movimientos populares", entre los que se encuentra el del diputado podemita, que se dice líder del campo andaluz, Diego Cañamero, quien le ha pedido intervenga para  ver si logra que le den el indulto al delincuente -pero comunista- y violento Andrés Bódalo. Claro, claro, así se entiende que elHabitante de El Vaticano abogue porque esos líderes de los movimientos populares entren en política, "pero no en el politiqueo", sino en "la alta política, creativa y de grandes visiones", como -digo yo- las alcaldesas de Madrid y Barcelona y elBarredor Pablo Manuel, podemitas, todos ellos de la extrema izquierda, comunistas. Y no digo más.
Ya lo sabemos, y por enterados nos damos, el Papa cree que los cristianos han de ser comunistas; de al revés, nada. Y digo cree, porque confío en que el que le ha otorgado el poder espiritual estará hoy muy enfadado, tanto o más que los cristianos, a lo que rebaja a la altura de los comunistas. Líbrenos Señor de todo mal.
En verdad que el Santo Padre ha vuelto a meter su zapatito santo en el charco. Como lo hizo con la justificación del atentado con muertos contra la revista satírica Charlie Hebbdo. Claro, opinaba entonces, que cuando alguien se mete con la madre de uno ese uno llega a cansarse y responde con la bofetada. Los islamistas lo hicieron con las armas y se "cargaron" a más de una decena de personas.
Ya les digo, si para ser cristiano hay que sacarse el carné de jemer rojo del Pol Pot, a partir de ya vamos a ser muchos los que nos borremos del Cristianismo.

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