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lunes, 14 de noviembre de 2016

Guerra de guerrillas


Ya vieron, si recuerdan, cómo se puso la paisana alcaldesa de Barcelona, la podemita Ada Colau, con los militares y su presencia con una caseta promocional en el Salón de la Enseñanza, en Cataluña. Con su característica mala educación –no tiene ni sabe de otra- se dirigió a dos “uniformados” para espetarles que no pintaban nada allí, y eso que la organización del evento corría a cargo de la Generalidad. O sea que además de mal educada, descortés. Paradójicamente la caseta del Ejército español es si no la más visitada, sí una de las que más. Buscaba laColau el “arretrato” y demostrar que  ella es antimilitarista, que eso presta mucho y es chupi.
Héte aquí que ahora laColau está interesadísima en la creación de un ejército de la República catalana. Como hace siempre esta cobarde y vil criatura, manda a los demás por delante y, luego, si la cosa sale bien, se sube al barco y, a ser posible, lo capitanea. Eso es lo que, en definitiva, está haciendo para la creación y promoción de un futuro ejército para la futura nación catalana. La alcaldesa podemita ha cedido unos locales a la Asociación Cultural Vibrant, que se caracteriza por promover la insurrección popular para lograr la independencia. En el local, la asociación podrá disponer del espacio y del tiempo para estudiar “las formas que el ejército catalán puede adoptar, en los conflictos del siglo XXI”, actuaciones ante se puedan plantear en sus diferentes aspectos de los acontecimientos modernos, tales como las guerras psicológicas, mediáticas, ideológicas, biológicas, religiosas e informáticas. ¡Casi nada, una broma!
Pero no queda ahí la cosa. En días venideros esta asociación de insurrectos va a celebrar un Conferencia en el auditorio municipal de Pueblo Nuevo, en donde además de sobre el futuro ejército republicano se abordará cómo compaginar la información con los servicios de inteligencia, logística e intendencia y ver la manera de que este ejército en las sombra se integre en la comunidad internacional.
Tampoco es que nos pille muy de sorpresa todo esto, pues si recuerdan lo de ayer, sólo había que escuchar la manera de expresarse del líder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Poco menos venía a decir que si hacía falta hasta con las armas se defenderían las instituciones del lugar si estas eran atacadas. De hecho, la ANC, cuando en su día el Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN) estudiaba la conformación de un ejército para Cataluña, también andaban ellos en la cuestión. Sin embargo, optaron por decidir que para hacer frente a una invasión de la su República lo mejor era, sin duda, utilizar la técnica de la "guerra de guerrillas", como los españoles contra Napoleón. Quizá, y no lo supimos ver entonces, la concentración de los alcaldes con sus varas de mando, fuera un ensayo general de una guerra de garrillas, con armamento incluido, que, digo, no fuimos capaces de vislumbrar.
Todo se andará. Tiempo al tiempo, porque, total, para disparar con bala del Rey son estos muy hábiles. Así que laColau ya está apostando para llevarse ella los laureles. Mientras ese momento llegue, la catalana ya se habrá encargado de echar de otro local municipal -en donde hasta ahora se reunían- a los Caballeros Legionarios, los jubilados de la Legión. Porque es que ella, simple y llanamente, es antimilitarista.

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