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viernes, 2 de diciembre de 2016

Cuestión de Estado

Lo que ha logrado José Blanco, no lo han conseguido muchas fuerzas juntas de la su provincia. José Blanco es el alcalde de Puebla de Sanabria, municipio zamorano, casi casi colindante con Galicia. Ni la cercanía con la región del noroeste ni el nombre de su alcalde nos tienen que hacer confundir con Pepiño Blanco, aunque ambos sean del mismo partido, laPesoé, uno es el gallego y el otro Pepe, y las obras, por supuesto, no son las mismas. A Pepiño lo recordaremos por muchas cosas y por lo de la parada en la gasolinera. A Pepe, por su pavor a morir fusilado por los de laPepé.
Parece que repuesto del susto, el senador por Zamora, Pepe, se las ingenió, y nadie sabe cómo ha sido, para que cuando el AVE pase por la pedanía de Otero de Sanabria, en su recorrido de Madrid a Galicia, y viceversa, frene y pare allí. Sí, un municipio con una treintena de habitantes, en medio de la sierra sanabresa, en medio de la nada. El haberlo logrado, su mérito tiene, sí señor. ¡Olé por Pepe!
Pero, como nunca llueve a gusto de todos, héte aquí que los parlamentarios de la Convergencia catalana, de Cataluña, es decir los secesionistas golpistas, de Arturo Mas y de elPuijidemón, están escandalizados por la parada del tren de alta velocidad. Ni apeadero ni leches. Los catalanes no quieren que el tren detenga su marcha en Otero, y han hecho de ello toda una cuestión de Estado. Quieren jorobar, se ve claro, a Pepe, ya que los de laPepé no lo fusilaron junto al paredón. ¡Coño, qué mal les habrá hecho el pobre Pepe!
Para los catalanes, eso del AVE no es rentable -siempre que se construya fuera de Cataluña, claro- y menos aún la parada del tren en Otero de Sanabria. Pero, despistados ellos, o ignorantes, no saben que ese punto, ese preciso punto, es la zona que puede dar salida -y entrada- a toda la gente de la comarca zamorana de Sanabria, que de otra manera quedaría totalmente aislada por ferrocarril. Más de seis mil almas cándidas, a las que se unirían todas las de la zona portuguesa de Braganza -a cincuenta kilómetros y 35.000 habitantes- y su entorno; vamos que el AVE podría dar cabida al año a más de 140.000 pasajeros.
Hay que ver qué tirria le deben tener estos catalanes a Pepe, ya digo. Y es que Pepe tiene toda la razón, que los sanabreses tienen derecho a la movilidad, como todo quisqui, y le va a salir al Estado esta estación y esta parada mucho, pero con mucho, más barato que las embajadas, por poner un ejemplo, de la futura república catalana.
Ya ven, los de laPepé no sólo no fusilaron a Pepe, sino que para que se le pasara el susto le han puesto un apeadero en Otero de Sanabria, donde, apeadero o estación, parará el AVE en su día. Pepe Blanco podrá estar orgulloso de ello, con haber logrado humillar la cerviz al todo poderoso consorcio Adif-Renfe. Lo que no han conseguido los políticos de la capital para obligar al consorcio a poner un tren de alta velocidad directo entre Zamora y la capital del reino -como tiene la cercana ciudad de Salamanca- con unos horarios adecuados a las necesidades de los capitalinos, y de todo su alfoz, con más de noventa mil habitantes, como poco. Tampoco se sabe si tan siquiera lo han intentado, pero lo cierto es que los Alvia -que no AVE- circulan de Madrid a Galicia y de Galicia a Madrid y tan sólo pasan por Zamora. De nada ha servido tener una ministra nativa, Ana Pastor -lo fue de Fomento, y ahora presidenta del Congreso- y un influyente diputado, vicesecretario de Organización de laPepé, Martínez Maíllo. Por Zamora, sí cierto, pasan más trenes -el nocturno tren hotel desapareció-, pero la realidad es que con esos horarios la ciudad sigue igual de incomunicada por tren.

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