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lunes, 5 de diciembre de 2016

El "cerrojazo" de laSeñáManuela

No estaría mal una peatonalización, pero bien planificada,
no dejando todo a la improvisación, que puede causar daños irreparables

Hicieron estos podemitas un ensayo durante el tiempo que se prolongó la acampada en la Puerta del Sol, en el 15M. El resultado fue más que evidente, además de generar porquería y malos olores -que yo lo vi y olí, pese a cerrar la pituitaria- dieron al traste con los ingresos de muchos comerciantes de la zona, a la que con su campamento hacía inaccesible a la clientela; es que a algunos hasta les tapaban sus escaparates. Con el "cerrojazo" al centro de Madrid, corazón de España, la han vuelto a armar, y ahora por la vía legal.

Que no quiero decir yo que eso de cerrar calles al tráfico y hacerlas peatonales esté mal, no. Lo que no se puede admitir -resulta inaudito- es lo que ha hecho el ayuntamiento podemita de la capital del reino: cerrar el centro de la ciudad porque sí. Porque se le ha puesto en las narices a laSeñáManuela y a su equipo. Porque es Navidad. Y no es eso, coño, que hay muchos intereses económicos en juego y, con ello, muchos puestos de trabajo por medio, y no está la situación como para tirar fuegos de artificio.
Grima daba ver el primer día del cerrojazo el agobio de los municipales y de los agentes de movilidad. No sabían qué hacer para que los movimientos tanto de peatones como de vehículos fuera fluido. Vergonzoso, de verdad: los establecimientos sin poder recibir sus paquetes, los peatones sin atreverse -por su seguridad- a caminar por lo carriles destinados ahora a ellos y los que iban en su coche sin saber si podían o no pasar a los aparcamientos. Los barrios adyacentes a la Gran Vía -Malasaña, Chueca, el de las Letras- un caos.
Los primeros en notar la debacle en su bolsillo han sido los empresarios de los aparcamientos de la zona, alrededor de treinta y cinco. La ocupación en los dos primeros días del "cerrojazo" ha bajado más del veinte por ciento, incluso en alguno sólo había dos coches aparcados, cuando en un fin de semana cualquiera la ocupación suele llegar al ciento por ciento. Las pérdidas en las pequeñas y medianas empresas las sabremos en unos días.
Y, repito, que ese cerrojazo quizá se hubiera podido hacer, pero más que como cerrojazo, como puertas abiertas, como lo que es la ciudad de Madrid, una ciudad abierta. Pero, de donde no hay no se puede sacar. De un ayuntamiento descerebrado sólo se pueden obtener locuras, como es esta puesta a punto, sin pies ni cabeza. Todo se ha dejado a la improvisación. Y tienen la cara dura desde el ayuntamiento de decir que todo está saliendo a pedir de boca. Digo yo que será de la suya, porque si oyen lo que sale de la boca de comerciantes y ciudadanos de a pie, se cagan patas abajo, lorito.
Con lo fácil -y complicado, ciertamente- que hubiera sido hacer una planificación con tiempo y, quizá, zona por zona hasta, incluso, poder ampliar en varias calles más la peatonalización. Pero, es que a esta gente le da igual que le da lo mismo. Tienen, de momento, su sueldo asegurado, y si no también, que todos son hijos de ricos. La ruina de empresarios se la suda, el puesto de trabajo de los empleados ídem de lo mismo y los quebraderos de cabeza de la ciudadanía en general para llegar al centro les resbala.
Y no ha llegado todavía lo peor, que se prevé para el fin de semana con la afluencia de provincianos, extranjeros y los propios del lugar. Ya veremos qué sale de todo esto. laSeñáManuela ni lo catará, que estará "muagutito" en su finca de El Espinar a la mor de la lumbre. El lunes Dios dirá; hasta entonces, que se queme la fábrica.

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