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domingo, 11 de diciembre de 2016

El Papa, sin el don de la ubicuidad

El Santo Padre, es decir el Papa, no tiene el don de la ubicuidad, lo que, por una vez, no le ha venido mal. Eso sí, ha estado, como hombre, poco caballero con los alcaldes podemitas que se han pasado unos días de asueto en el Vaticano y hablando mal de España. Pero, amigo, no ofende quien quiere sino quien puede. El argentino Papa tenía previsto recibir ayer a los cuatro podemitas alcaldes de Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza. No pudo ser. Francisco no estuvo por allí a la hora prevista, aunque sí siguió su agenda con normalidad, excepto en ese hueco.
La alcaldesa de Madrid, laSeñáManuela -que el día antes se había deshecho en halagos hacia el Papa-, la alcaldesa de Barcelona, laColaua -que se había peinado y hasta maquillado para la ocasión-, el alcalde de Valencia, Juan Ribó, y el de Zaragoza, Pedro Santisteve, se quedaron ayer descompuestos y sin foto con el Papa Francisco. Los había citado, cierto, para por la tarde, para el "arretrato", pero el Pontífice no acudió a la cita y, lo más curioso -o lo más enorme- es que nadie les ha dado una explicación a los podemitas alcaldes; es que ni tan siquiera ha habido una disculpa vaticana, un perdonen santo.
Para mí que detrás de este desapego está Paloma Gómez Borrero, la eterna corresponsal periodista de los principales medios católicos en el Vaticano. Seguro, seguro que ha advertido al Papa, antes que monseñor Osoro, el nuevo cardenal madrileño, que estos no eran trigo limpio y que iban a utilizar la foto en España para metérsela doblada, a él, a la "curia" española" y a todos los cristianos.
Seguro que laPaloma, la corresponsal -no la que está en el Cielo-, es una pura especulación, ha puesto al día al Santo Padre y le ha informado de que mucho católico, apostólico y romano de España se está cansando ya de que los podemitas de elBarredor alaben, día sí día no, al representante de Cristo en la tierra y presuman de su amistad. Porque, claro, coño, una cosa es tratar de rescatar a la oveja perdida -y si es un corderito, mejor- y otra muy distinta tratar con estos elementos que están a ver cómo pueden hacer daño a los cristianos, atacándolos en sus creencias y en sus tradiciones. Tal cual si fueran "satanases".
Seguro que la corresponsal -continúo especulando- le ha dicho al argentino que estos predican unas cosas y hacen todo lo contrario; que no son de fiar, y que, cuidadín, cuidadín, que más vale tener a Mariano como amigo que como enemigo. Y ahí ya entran las cuestiones de Estado, que es otro cantar. Estoy convencido de que laPaloma que ha contado la última de estas dos alcaldesas, que tienen muy poco contentos a los sus conciudadanos. Los otros dos, en este caso, el de Valencia y el de Zaragoza no cuentan, son puros comparsas; aunque, los cuatro se han mostrado favorables a que sus respectivas ciudades acojan a refugiados; pero, claro, mienten, porque eso no es de su incumbencia; lo es del Estado. No le ha tenido que gustar mucho eso al Papa; a lo de mentir, me refiero.
Pues eso, que la última de laSeñáManuela es la que ha "armao" en Madrid con los cerrojazos al tráfico, que está la gente con ella hasta el último pelo y, encima, sigue manteniendo a su lado -y como "portavoza"- a laMaestre, lasaltaCapilas que gritaba eso de "contra el Vaticano, poder clitoriano". Y la de laColau, que ahora escribe las citaciones vecinales en Catalán, Árabe y hasta en Tagalo, con tal de que no se enteren los que hablan el Español, y que fue la que contrató a aquella recitadora del Padre Nuestro blasfemo. Con tan sólo eso, seguro que a Bergoglio se le han puesto los pelos de punta.
Bueno, puede que laPaloma no le haya dicho nada al Santo Padre, sino que a Este, al tenerlas tan cerca, allí en el Vaticano, le llegara la ciencia infusa. Sea lo uno o lo otro -o que la diplomacia haya actuado, por una vez, a tiempo-, los alcaldes podemitas se volvieron a España con el plantón papal o, aunque suene más vulgar, con el rabo entre las piernas.


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