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domingo, 18 de diciembre de 2016

Marca España, a la cubana


Si las cosas van como tienen que ir, pies no pasa nada, y todos tan contentos. Pero cuando no, lo que tenía que haber pasado desapercibido se convierte en una llamada de atención y, como es el caso, en asunto de vergüenza ajena. Así, los listos de la Cámara Oficial de Comercio de España en Francia (COCEF), celebraron su ciento treinta aniversario en la capital gala con un espectáculo cubano. Por eso de promover la maca España. Unas chiquitas cubanas en tanga amenizaron la entrega de los premios anuales que concede la representación empresarial española, de la que forman parte, otras empresas, la compañía aérea Iberia y los bancos BBVA y Santander.
El evento tuvo lugar en un céntrico hotel parisino, junto al teatro de la Ópera. Imaginarnos podemos el nivel de ese catorce de diciembre. Pues, imagínense también la carita que a algunos de los invitados se les pondría cuando les plantaron a las cubanitas allí, allí mismo, delante de los sus ojitos, media docena de morenitas en ropa más que corta, con plumas muy grandes y lentejuelas –y azúca-, para que vieran que allí estaba España, que eso era España, España con sus boleros y toda la salsa de unas buenas patatas con carne. Bueno, o al menos había un español significativo, como pueda ser –es un decir mío- el mismísimo embajador del nuestro reino, Ramón de Miguel.
El hecho, al final no pasó inadvertido. En la embajada española en la ciudad de la fiesta que siempre es París abochornados estaban por el lamentable espectáculo que se montaron los empresarios españoles. Entre los diplomáticos, enrojecidos ellos por la vergüenza que les hicieron pasar se comentaba que lo propio habría sido marcharse, pero les venció más la educación, las buenas maneras y la propia diplomacia: el saber estar, aguantando el chaparrón y no formar parte de la “timba” si se hubieran ausentado.
Sin embargo, ya ven, todo depende del color del cristal con el que se mira. Porque para uno de los portavoces empresariales de esta Confederación, la gente se lo pasó chupi, que era de lo que se trataba; es más, hasta la gente aplaudió. ¡Cómo no! Si es que, claro, uno de los objetivos era que los asistentes se lo pasaran bien y que no se olvidaran de la efeméride. Y a fe que lo logró; aunque, si las morenitas hubieran danzado totalmente desnudas, los organizadores habrían hecho pleno ¡No te digo! Con la gente buena que obligatoriamente está en paro, vienen estos y nos lo cascan. O como decían ayer, siempre ha habido analfabetos, pero nunca se formaban en las universidades. También es un decir, no me hagan mucho caso, ni al que lo dijo tampoco. Todo sea por la promoción de la patria, a la cubana.
No es de extrañar que en viendo estas cosas la infanta Cristina, hija de los reyes eméritos e implicada en el Caso Noós, dijera en un aparte del juicio a unos cuantos que estaba hasta el moño de este país y que cuando acabara todo lo suyo, el juicio y la sentencia se entiende, se las iba a pirar de aquí y no volver a pisar suelo hispano. Es que, a lo que parece, somos un país de desagradecidos y envidiosos, que no sabemos reconocer que su marido, Urdangarín, hizo bien su trabajo. Eso, para que nos enteremos, y no lo corroboró con las cubanas porque hay que pagar, y estaban en París.

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