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martes, 13 de diciembre de 2016

Soraya, pequeña gran mujer

Esto, como lo de la Justicia, ya se pasa de castaño oscuro. Mejor, digamos que todo parece un cachondeo. Porque, vamos a ver, lo que realmente nos tiene que importar es qué fue lo que se compró LaVice del Gobierno en Primark. Porque, coño, algo muy bueno ha tenido que ser para que la niña de Rajoy haga detener su coche oficial a la puerta de estos grandes almacenes de bajo coste y que allí permanezca, en plena Gran Vía, al coche me refiero, parado durante casi un cuarto de hora, mientras ella y su jefa de prensa cargaban la cesta.

Mucha mucha compra no pudo ser, porque el tiempo fue el que fue -tempus fugit-, por lo que se sobreentiende que ambas dos mujeres iban a tiro hecho. Los maledicentes ya aseguran que la adquisición consistió en unos varios lotes de ropa "intimísima", de la que parece puede estar necesitada laVice con tanta ida y venida a Cataluña. Ni negamos ni afirmamos. Es la propia vice la que debe dar una explicación -no necesariamente en sede parlamentaria- sobre el objeto -puro deseo- de su compra. Porque, es que, a ver, si como sucedió con la crema facial de tres euros de Lidel que salió tan maravillosa como las de doscientos euros de otras marcas, resulta que si en esos almacenes sucede algo similar, nos lo estamos perdiendo, y ahorrar un durillo a nadie le viene mal, incluida la excelentísima Soraya; además, laVice se lo debe a la ciudadanía, que ya le vale parar en plena Gran Vía, con la que tenía armada laSeñáManuela. Por menos le montaron un pollo a la también pepera laMetePatas Esperanza Aguirre, que le cayó bien, aunque al final no salió mala parada; aunque, mejor le fue a laVice, que ni la retuvo ni la persiguió nadie.
Ni imaginar quiero lo que nos habría sucedido a cualquiera miserable de los mortales si se nos ocurriera hacer lo de la una o lo de la otra. ¡Que Dios nos cogiera "confesaos"! Es lo mismo que si se nos antoja romper o quemar unas fotos de Su Majestad el Rey a la puerta del Congreso de los Diputados, o dentro si tuviéramos la ocasión. Ya ven, los diputados guarrillos -entre ellos la de la sobaquera sudada. Puuf- hicieron lo propio en el Parlamento catalán, sede del Congreso de la futura república catalana. Y no se ocultaron para ello, no, llamaron a los de los medios comunicacionales y, zas, aquí te pillo y aquí te mato. Y nadie se ha "inmutao".
Es que digo que si la acción cupera era en protesta por la detención de los sus correligionarios que el día de la Día catalana quemaron unas fotos reales, pues que, hombre, qué menos que a declarar a los diputados, porque, al fin y al cabo, lo mismo da romper los "arretratos" que quemarlos. Que oigan, que es un decir, sin ánimo de ofender, no siendo que se puedan dar por aludidos los fiscales y los jueces, ellos que están tan agustito. Ya ven cuánto han estado detenidos los "quemadores", el tiempo que le ha dado a Su Señoría a pedirles disculpas, es otro decir.
Antes que nada hay que curarse en salud, que ya lo dice el mismísimo hijo del pastelero, el golpista Puigidemón, que esos de quemar las banderas de España o romper o chamuscar las fotos del Rey no tiene la menor importancia y que el que se la da son ganas de armar jarana, porque esos actos no son más que la expresión de la libertad de expresión. Lógicamente, no puede decir otra cosa quien día tras noche y tras días incumple leyes y más leyes, sentencias y más sentencias y alienta la conspiración perpetua contra el Estado. Tales para cuales. La "pasta" no da la felicidad, pero sirve para unir. hasta a los más enemigos.
No sabe laVice en dónde se ha metido. O sí, si damos crédito a los que afirman que la compra en Primak era algo "intimísimi". O quizá no sepan los golpistas con quién se han "topao". Depende de cómo se mire, a la compra ya a laVice.

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