Tan lejos, tan cerca

Prácticamente, oigan, es que ni se ha notado el cambio a Año Nuevo. Seguimos donde estábamos tan sólo hace unas horas. Con el terrorismo mandando, intimidando, y con los secesionistas catalanes dando la murga, que no deja de ser otro tipo de terrorismo. Para eso, mejor ni nos habíamos movido, aunque sólo haya sido un poquito, algo imperceptible. Ni las teuves nos sacaron del sopor de las "meluvas", ni fueron capaces de informar de la masacre de Estambul. El corresponsal de la teuveuno en Turquía estaba tomando cañas; los de las demás, ni se sabe.

No hay que ser muy inteligentes para titular luego en los digitales que se cumplieron los peores augurios. Eso estaba visto. Lo difícil hubiera sido que el atentado se hubiera producido en algún país de la Unión Europea o en los Estados Unidos. Occidente vivió la Noche Vieja prácticamente blindado; mañana, ya se verá. Los terroristas lo tenían fácil: atacar, masacrar en Turquía, un país que quiere ser europeo, pero que no. Aunque, para que quede al menos de manera simbólica, en el Bósforo, en la parte de acá los tiros, los muertos, la matanza. Treinta y nueve cadáveres,  un número elevado indeterminado de heridos. ¡Y todo por complacer a Alá y a Mahoma! Y dice el presidente Erdogán que ha sido un ataque "atroz" y que con él se persigue "destruir la moral de la nación y crear el caos". ¡Nos ha "fastidiao"; se habrá "desmelenao" para semejante razonamiento! ¡En dónde estaría Erdogán!

Por aquí seguimos recogiendo los ecos de las voces de elPuigidemón, secesionista de profesión donde los "haiga", que es como practicar otro tipo de terrorismo, el del Estado o República catalana contra los catalanes que se sienten españoles y que votarían no a la separación, en cantidad superior al cincuenta por ciento. Pero el golpista, que sigue de cuerpo presente mandando en Cataluña, que no comió las uvas en la cárcel -aunque fuera en prisión preventiva-, continúa regodeándose en su discurso, que, no por harto repetitivo, no deja de cabrear, caramba. Y no digo más.

Después de la firma de la Ley de "desconexión" que ha pactado en secreto con los guarrillos de las CUP, y que nadie sabe en qué consiste, nos viene este elPuigidemón a despedir el año augurando que habrá referéndum o referéndum, que será legal, que será vinculante y que, por si fuera poco, el resultado se aplicará ipso facto. Entendemos, entonces, que el resultado será mayoritariamente el que a los secesionistas les convenga, con lo cual la desconexión con España la harán o Iberdrola o Endesa o los dos en amor y compaña. En consecuencia, podría ahorrar la consulta a los ciudadanos, si ya con nueve meses de antelación prevé, de manera fehaciente, lo que va a suceder. ¡Toda una parida, después de nueve meses! Lo peor es si se torna en sietemesino.

Anda diciendo por ahí la ciudadana Arrimadas -controvertida ella- que los catalanes están agotados de tanta tontería y que así no se va a parte alguna. Vale, otra que habrá sudado. Tampoco está muy contento con el hijo del pastelero el pepero Olbiol. Está escandalizado porque cree que el "despeinao" de la Generalidad está desconectado de la realidad, pero no se atreve a llamarlo loco o "iluminao". Está convencido elGigante de laPepé de que no habrá referéndum ni el 17 ni el 18; del 19, no dice nada. Eso sí, cree firmemente que los separatistas faltan al respeto a la Ley y al Estado de Derecho. Lo dicho, estamos como estábamos. A eso se le llama ser delincuentes. No se atreve elOlbiol, a llamar a las cosas por su nombre o es que se ve obligado a cumplir la consigna.