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miércoles, 8 de febrero de 2017

Algo comienza a oler a podrido

No, si ya sí, esto comienza a oler a chamusquina de chita asada a la brasa. El primer día se les permite a los golpistas catalanes juzgados por el referéndum del 9N que lleguen a la sala del tribunal Alto catalán a la hora que se les vino en la gana, porque estaban paseando por las calles del gótico barcelonés, dándose un baño de multitudes, unos dieciséis mil; menos habrían tardado dándose una ducha, digo yo. El segundo día es el presidente del Tribunal el que les ofrece a los delincuentes dejar el banquillo de los acusados.
Lo más lógico es que fueran los abogados defensores quienes solicitaran del tribunal Alto que se les permitiera a sus patrocinados -o patrocinadores, quién sabe- sentarse junto a ellos, para poder evacuar consultas pertinentes. Estaba en su derecho a pedirlo, claro, y el presidente en el de otorgárselo. Pero, coñó, de ahí a que tenga que ser el presidente el que se lo ofrezca va un buen trecho. O es que tampoco sabían los letrados que lo podían solicitar, como tampoco sabían sus defendido que las leyes están para que se cumplan. Vaya mentes.
En la tercera sesión, o sea la de hoy mismo, el presidente del Alto tribunal se vengó del fiscal, de lo de ayer, cuando este ministerio se mostró agradecido por que todos estuvieran en su sitio -como debe ser- a la hora programada. El "zasca" del fiscal no le gustó nada al togado Jesús Barrientos, que hoy ha tratado de manera despectiva a los testigos, menos al secesionista y golpista -del que ya henos dicho en más de una ocasión que "igualico" que un chulo de mujeres de mala vida-, que se movía en el escenario como Pedro por su casa y se permitió dirigirse al fiscal de manera desafiante con una expresión que, más o menos, venía a significar ¡qué lástima!, en tono despectivo, cuando éste renunció a interrogarlo. El mitin que se soltó elHoms y ese gesto hacia la fiscalía, en un Alto normal le habría costado, cuando menos, una amonestación, o una expulsión de la sala, o ambas cosas. Pues, ni lo uno ni lo otro, el "presi" del Alto se lo permitió todo. Cómo no, si fue el propio Barrientos, quien poco antes abroncó al fiscal, Sánchez Ulled, al que no dejó explicar las razones por las que no interrogaba al golpista, y, además, chulo. Es que, es curioso, elHoms va como testigo a un juicio, y, en breves, será en otro, por la misma causa, el acusado.
Coincidiendo con el día de hoy, que es, precisamente, miércoles, porque lo es hoy, el hijo del pastelero -cuyo gran currículo se resume en una batidora mecánica de harina- se lanza a hacer proclamas desde el estrado del Parlamento de Cataluña, futura República libre e independiente. Osa, el sinvergüenza, insultar a todos los españoles declarando a voz en grito -o no- que "la democracia española ha enfermado y viene de lejos". Pues casi, casi, que dé las gracias, porque acaso por eso él ha llegado donde ha llegado; como se dice en estos casos ni Cataluña pudo caer tan bajo ni él llegar tan alto. Aunque bien habrá sido un pensamiento  más acertado, con mejor tino, si la palabra española la hubiera sustituido por los políticos catalanes, como él, delincuentes, secesionistas y golpistas, que, además de robar a España, se vienen  lucrando "desde lejos" con el tres por ciento. Eso se le olvidó. No es de extrañar, mucho concepto para tan poca cabeza, tan mal amueblada

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