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martes, 7 de febrero de 2017

GOL y la catalanofobia

Bueno, hombre, pues el fiscal del tribunal más Alto de la Cataluña tuvo un detalle con los testigos del juicio que se sigue contra el golpista Arturo Mas. Claro que era una indirecta, digo yo, contra los que se sientan en el banquillo de los acusados -que esa es otra-, porque ayer hicieron esperar a sus señorías casi que tres cuartos de hora de los de las horas del reloj. Estaban dando un paseo por las calles góticas de la ciudad, que hacía muy buena mañana y estaban ruidosamente "acompañaos". Y hoy va el fiscal, como el que no hace la cosa, y les suelta un "zasca" a destiempo.
No se vayan a pensar los del banquillo que ellos, los titulares del juzgado no se habían dado cuenta del retraso. Y eso duele, que tuvieron que pegarse un madrugón y mal desayunar para no quedar en mal lugar ante la plebe para que luego estos se la armaran. Eso fue lo que quiso decir el fiscal esta mañana, que sí se habían enterado del plantón, y en su lugar descansen. O fue, acaso, una advertencia en diferido -como suelen hacer los de laPepé-, por si otro día se les ocurre, o tienen la contrariedad de llegar tarde otra vez. Cierran el chiringuito, y el que no haya llegado a la hora que se quede fuera. ¡Ya no lo juzgamos, y asunto concluido!
Para contrarrestar la bulla del fiscal, el presidente del tribunal Alto ofreció a los acusados sentarse junto a sus abogados, un escalón más abajo, para que puedan mantener conversaciones y, si hace, echar unas manos de "muses" en los ratos de mayor tedio. Para que luego digamos que los de la curia -perdón, los de la judicatura- son unos intratables. Mayor amabilidad no cabe. Ahora el banquillo de los acusados sigue allí, pero los acusados están sentados allá. ¡No me digan! Tienen derecho a ello, pero no deja de ser como una "delicatesen".
Luego dirán los secesionistas, como el hijo del pastelero, elPuigidemón, que lo que aquí hay es una clara "catalanofobía". Así lo expresaba hace unos días, cuando el presentador, locutor, zascandil o lo que sea en su profesión, pero de tendencia golpista, José Luis Merlos se vio obligado a abandonar laTeuveGOL. No, si no era por nada, pero su protegido, insistía, se ha visto obligado a darse el piro por la "catalanofobia" reinante. Le falló el tiro a los dos secesionistas, presidente y ahijado, porque quisieron infiltrar tras las líneas enemigas al zascandil, que desde el deporte se gana mucha influencia y a estos patanes de más allá de las fronteras catalanas se les engaña como a los niños con un pirulí, o un pastel del padre pastelero.
Coño, pero si es que elMerlos no duró en GOL ni un mes, si es que no daba pie con bolo, si narraba los partidos de fútbol que no se sabía si eran encuentros de la NBA o de la "supervol" esa de hace un par de días. No se sabía, oyéndolo, si el que llevaba el "esférico" era de laRealMadrid o de los célticos de Vigo. Un desastre en vivo y en directo, que hacía cabrear a los aficionados al deporte del balón redondo de jugar con el pie. ¡Vaya, vaya!
Es que a estos "niñatos" "telectuales", en cuanto los sacan de casa -donde se creen que son algo, arropados por los golpistas- se mean, y lo peor es que no lo saben y se lo hacen piernecillas abajo. Menos mal que los conocemos y los conocen y nos causan risa y se ríen de ellos. El caso más sangrante para este locutor lo tuvo con Vettel, sí el de la Fórmula1. Es que este locutor también retransmite lo de los coches, que se sepa. Pues eso, le preguntó al piloto alemán que cómo veía la eliminatoria que se iban a jugar en su día el equipo español Barcelona Club de Fútbol y el alemán Bayern de Múnich. El piloto le respondió que esa pregunta sólo podría venir de alguien que fuera español, a lo que elMerlos le respondió: "no, disculpa, soy catalán". A lo que Vettel "contrarrespondió": "Sí, sí, es una gran diferencia. Una gran diferencia. Es como ser alemán o de Baviera". Poco más se puede añadir: mente pensante, víctima de la catalanofobia.

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