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domingo, 19 de marzo de 2017

El día del Señor

Siguen, siguen los ecos de las voces de Tamara Falcó, contra las posiciones del odio del podemita Pablo Manuel. Otro llenazo en la iglesia que tocaba para la retransmisión de la Eucaristía y un buen share de pantalla, o lo que es lo mismo una buena audiencia en la teuveDos superior a lo normal, a esas horas, un domingo, en El día del Señor. Hasta el arzobispo de Madrid, monseñor Osoro, se dejó ver por allí. Trata de encontrar comprensión entre los fieles, tras la que él tuvo para con la podemita Rita Maestre, a la que perdonó más raudo que la Justicia por asaltar la capilla de la Complu.
Si es que esto se veía venir. Primero asaltan la capilla, con la musa de Luis María Ansón con el torso desnudo, y, una vez conseguido el perdón divino por parte del monseñor, van y se cogen la mano. Quieren los podemitas ahora acabar como sea con la misa de los domingos en laDos, aunque se han llevado un fiasco; más bien, digamos que con laFalcó se han "topao".
Por si fuera poco, los poemitas han incrementado su ofensiva presentando en las Cortes proposiciones no de Ley para investigar los bienes de la Iglesia y que pague más y todo eso. El asunto no les prospera. Pero, no cejan en su empeño estos extremistas -más aún con la llegada de Irene Montero, a la cama del jefe- en meterse con la Iglesia, no con la judía, ni con la evangélica, mucho menos, por supuesto, contra la musulmana.
Y, más todavía. Quieren los podemitas que desaparezcan de los ejércitos españoles los capellanes. ¡Parece que están tontos, los podemitas, digo! Si queridos son los enfermeros en los campos de batalla, no les digo nada sobre el amor que los soldados profesan a los capellanes, los "pater". Son el alimento del alma, algo que ni Pablo Manuel ni laMontero pueden entender, y mucho menos el independentista aragonés argentino, Pablo Echenique, obsesionado con laDominga, para lo que ya saben ustedes.
Lo que no ha sentado muy bien en este Día del Señor son las palabras del párroco de la parroquia donde hoy se celebró la Santa Misa televisada. Probablemente llevado por la euforia al ver a tanta gente presente anunció que haría repicar las campanas si el podemita Pablo Manuel acudiera alguna vez a la misa. Este, como elOsoro, a Dios rogando y con el mazo dando. Hombre, claro, que es que los asiduos se merecen un poco más de respeto. Pero, si es que, coño, eso no va a ocurrir. O sí, porque después de saber que elPabloManu coloca la cruz en la declaración de la renta en la de la Iglesia Católica, no nos extrañaría que alguna vez fuera a Misa, aunque sólo sea por salvarse, que es que estos tipejos siempre se arriman al sol que más calienta con tal de salvar la pelleja. Julio, elRojo, el exJEMAD también lo haría.
Lo del cura este es como la presidenta de la Diputación de Zamora, que porque un cómico -dicho sea de paso, catalufo- se despachó a gusto contra la provincia de la Raya, esta quiere invitarlo para que la conozca y vea que la realidad es muy otra. Pues, mire señora presidenta, que no, que el personal no está por la labor, que el mal ya está hecho, si es que ese energúmeno puede hacer algo. Que Zamora no se ganó en una hora, y que si el bicho ese quiere chupar algo, que se lo pida a elPuigidemón, el hijo del pastelero.
Por cierto, y hablando de la Bien Cercada, la exalcaldesa de la ciudad, Rosa Valdeón  que finiquitó su carrera política tras rozarse con un camión en la A-VI en septiembre pasado, previa ingestión de "dos cervezas, una pulguita y un ansiolítico", ha culpado a  Martínez Maíllo -expresidente de la Diputación zamorana- de ser el culpable de todos su males y lo acusa de llamar a los medios para decirles que el día de autos viajaba a más de ciento setenta kilómetros por hora. Rosa Valdeón era la "delfina" de Herrera para sustituirlo en la presidencia de Castilla y León. Maíllo que anda apagando fuegos por esos mundos de Dios, como el que oye llover. Entre zamoranos anda el juego; mientras, Manu se mantiene al margen o es que sabe no dejarse ver.

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