Traductor

Buscar en este blog

jueves, 2 de marzo de 2017

El general facha

Ala, todos tan contentos, y Pablo Manuel el que más. Ya tiene otro candidato al partido, supongo. Se trata del general facha, aquel que así lo bautizó la podemita Colau en cuanto que lo vio llegar a Barcelona. El teniente general -el empleo no es moco de pavo- Ricardo Álvarez Espejo ha estado tres años y pico -importante lo del pico- destinado en Cataluña, con los catalanes y los catalufos. Recientemente se ha despedido, porque se va de allí, aunque no sé muy bien si como el chulo Homs, hastiado de este país, que, como acostumbra a decir la milicia, se llama España.
Primero fue Julio elRojo, el exJEMAD, el que fue incapaz de sacar por dos veces los votos suficientes para ser diputado por los podemitas en el Congreso. Ahora, parece que el teniente general Álvarez apunta maneras, y que también se ve afectado por la tara del síndrome de Estocolmo, como laVice, entusiasmada con las friegas, con el masajeo del catalufo Junqueras.
El general Álvarez deja Cataluña gritando alto, recio y marcial -para que se le oiga-  que el Ejército debe mantener la máxima "neutralidad" y respeto institucional ante la situación actual en esa comunidad autónoma española. En resumidas, que allí no pasa nada, sólo cosa de políticos, que allá ellos se las apañen, que se las apañarán; está convencido de ello. Por eso, si algo se tuerce, más claro agua, que no cuenten con él.
Es que él ha "estaomuagustito" en Cataluña, donde ha recibido un trato "excelente". Poco se acuerda el gachó del recibimiento que le dio laColau, fue la que le puso el apodo, o el calificativo, como prefieran. También fue laColau la que quiso -pero no pudo; no ofende quien quiere, sino quien puede- denigrar y menospreciar al Ejército en el Salón de la Enseñanza. El "ministro" de los Exteriores catalufo, el comunista Romeva -que de tonto no tiene un pelo, que buena pasta se embolsa todos los meses- puso una conferencia de carácter urgente a Bruselas, porque se sentía invadido en su territorio y acosado como persona, porque unos aviones españoles sobrevolaban espacio aéreo catalán. Hace tan sólo unos días, los municipios de unos lugares destinados a maniobras militares del Ejército español se opusieron, con uñas y dientes a que se celebraran allí.
Durante esos tres años de estancia en Cataluña, el general Álvarez ha podido ser testigo de roturas de ejemplares e "incendios" de la Constitución española, de retirada de banderas españolas de los balcones de los ayuntamientos, cuando no quemadas, junto a las fotografías del Rey de España y -por lo que le afecta por su empleo- jefe supremo de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire; es decir, su jefe directo. Además, hombre, para qué hablar, si el que fue presidente de la Generalidad, el catalufo Arturo Mas -juzgado por un tribunal español-, lo ignoraba, tal cual a un perro, cada vez que coincidían en actos oficiales.
Si a eso, mi general, lo considera un trato "excelente", allá él, en lo tocante a su persona. Pero, es infame hablar así cuando él ha sido allí el representante de una Institución española -al fin y al cabo España-, y más, garante de la integridad del Estado. ¡Vaya catalufo que nos ha salido el paisa! ¡Como todos esos, se sale del armario al final. No, si ya se le vio el plumero cuando asistió a la reunión secreta -que alguien se encargo de filtrar para destaparlo- del Club Kitty´s, en Barcelona, a donde asistieron muchos catalufos. El ministerio no sabía ni cómo disculparlo, aunque lo más lógico y razonable, hubiera sido cesarlo por la vía rápida, de manera fulminante. Pero, como diría el amigo Larra, vuelva usted mañana.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto