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martes, 14 de marzo de 2017

La nueva Agustina de Aragón

Menudo cabreo tiene el podemita Pablo Manuel. Pensó que porque él lo dijera, ipso facto, la retransmisión de la Santa Misa por laDos había llegado a su fin. Su sorpresa, cuando al domingo siguiente la audiencia televisiva para este evento subió como la espuma. Ni a hablar acierta cuando le mentan el acontecido. No se lo puede creer el que no se haya hecho su voluntad y sí la de los demás -y con creces y preces-, así en la tierra como en el cielo. Desconoce, el ignorante, que eso es una tradición, una cultura, una religión implantada en Occidente desde hace siglos. No sabe que las brújulas existen.

No va a ser el podemita Pablo Manuel, precisamente él, el ignorante, el analfabeto, quien termine con ello; no, al menos, de momento. Todavía, y si lo logra, tendrá para ello que soltar mucha mala baba, mucha ponzoña y, sobre todo, habrá de vérselas con Tamara Falcó. No en esta ocasión, no ha topado contra la Iglesia, su muro ha sido la hija de Isabel Preysler, si la su queridísima Tamara. En cuanto que esta se enteró de que el podemita quería tomar al asalto la misa mañanera de los domingos en laDos, emprendió, rauda y presurosa, una campaña en su red social de Istagram convocando a los católicos a que vieran la misa por la teuve pública.
¡Tatachán, sorpresa! La audiencia no sólo aumentó, es que se triplicó, hasta alcanzar el 21,3 de share, es decir que de cada cien personas que a esa hora veían televisión veintiuna lo hacían en laDos, donde se emitía la Santa Misa, la Eucaristía. Más de uno levitaba. Y otro, el podemita Pablo Manuel, se cagaba patas abajo, más de rabia y odio que por necesidad fisiológica. ¡Menuda cagalera se cogió el tipo, en domingo! Se bastó sola laFalcó, para enfrentarse al ejército de los podemitas. No le hizo falta ni Errejón, ni el clero y mucho menos la ayuda de monseñor Osoro, que ya habrá perdonado a Pablo Manuel por su majadería, como hizo con Rita Maestre, laSaltaCapillas, la musa de Luis María Ansón, el viejo zorro.
LaFalcó es hoy la nueva Agustina de Aragón, con o sin permiso de Echenique, que, de Historia, nada y de lo demás poco. Sin cañones ha derrotado LaFalcó al ejército enemigo, que no es otro que el podemita, y no le ha tenido que enseñar el torso desnudo a nadie. Quizá ello haya contribuido también a encorajinar al podemita Pablo Manuel, al que sólo le ha faltado pedir que le den cien latigazos a laFalcó, hasta hacerla sangrar; entonces, la habría convertido en una mártir y la subirían a los altares con o sin la anuencia de monseñor Osoro y de la Conferencia Episcopal.
Fíjense si le ha sentado mal al podemita Pablo Manuel perder la batalla contra la joven, que ha expresado su rabia a través de su mano derecha e izquierda y al centro, Irene Montero. Esta, peor que una harpía, la ha emprendido contra todo lo cristiano, en lo divino y en lo material. Habló laMontero, con baba y con ira y con odio. Hay quien ya ha dicho que esta habla como Pablo Iglesias, pero más varonil. A ver, dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición. Pero, no se atrevió a mentar a laFalcó. Por un por si acaso. ElMonedero, por un quítame allá esa pajas, volvió a esconderse cual rata del Metro, teme a laFalcó.
Por cierto, estaba irascible laMontero porque le hablaban de la sentencia de Bruselas sobre el velo islámico. Y no es ni más ni menos la decisión de los del tribunal de allí que reconocen que las empresas pueden obligar a quitárselo a las mujeres que acudan con él al trabajo. Eso para ella es discriminación y "hay que buscar una fórmula para facilitar la convivencia". Pero, es que no llega más allá, la probriña, si ya se la están dando. Más claro achedoso.

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