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lunes, 10 de abril de 2017

Lo de Berlanga y más

La releche, vamos. ElPájaroEspanta del golpista Arturo Mas, él sólo se lo guisa y él sólo se lo come, y no me refiero, por supuesto, a los pasteles de su papá, que, como ya es sabido, ejerce de pastelero. Bueno, sí, acaso le acompaña en ocasiones el pelotero Romeva, comunista de pro. Es tan, tan, tan elPuigidemón, que, como el del chiste, hasta se vuelve campana. Porque hizo que de las campanas del carrillón del palacio de la Generalidad salieran los sones del himno nacional de los Unaited Esteits, porque dos congresistas de los de allí fueron hasta la Ciudad Condal.
Vamos, que más ridículo no puede ser. Al menos lo de la película de Berlanga, "Bienvenido Mister Marshall", era ficción, era ironía, era un esperpento, era un absurdo, era gracioso, era desternillante. Lo del carrillón con el himno norteamericano y los americanos con la mano en el pecho es una realidad que supera la ficción. Y decían que ya no cabían más tontos en España. Pues, ya ven, a otros dos norteamecianos -que seguro que no serán estos- los han "pescao" hoy en el tejado de la catedral de Zamora con objetos robados. Luego dirán que ellos sólo pasaban por allí.
Dos congresistas, de los del Congreso de allí se han llegado hasta España, para visitar cosas de aquí. Los dos muy ligados a Tram, el que es ahora presidente, es decir a la extrema derecha, pero, que tampoco, sin mayor pena ni gloria. Su gran curriculum, el del más importante de los dos, un tal Rohrabacher, es haber estado dos semana con los talibanes, cuando estos combatían a Rusia en Afganistán, y el apoyo a algún que otro "fregao" de los de fuera de casa y mientras más lejos mejor. Para que no salpiquen.
Le dijo este congresista al delegado del Gobierno de España en Cataluña que nada, que había que hacer el referéndum, porque confiaba en que ganaría el no a la independencia. Es que, claro, este hombre de las américas no sabe, ni le importa, que la soberanía de España es de todos los españoles y que aquí o decidimos todos o no decide nadie. En cualquier caso, al gachó, así me lo parece, le da exactamente igual que haya o no referéndum y que, caso de haberlo, que gane el sí o el no. Se la suda.
Ya ven, al delegado del Gobierno le dice que no hay nada que temer porque se celebre la consulta y a los de la Generalidad les brinda el apoyo implícito sobre "su derecho a decidir". En conclusión, que se fueron a cenar al palacio de la Generalidad los congresistas, que en España hay muy buen jamón de la sierra onubense de Aracena o del de Jabugo, en Salamanca. Y para vinos, ya se los deben de conocer todos los más importantes de las denominaciones de origen.
Ahora bien, de esta visita de los ilustres del carrillón con el himno de los yanquis incluido -que dicen los catalufos que se oyó hasta en Guasinton- dos dudas nos caben, o nos entran, o se nos plantean. Por una parte, nos corroe las entrañas el no saber cuánta pasta ha tenido que pagar el catalufo Puigidemón para que lo visitaran estos dos congresistas. Porque pagar ha pagado, con nuestro dinero, como hizo en su reciente visita a las américas para entrevistarse con el de los "cacagüetes", elCarter, que caros nos salieron, a los "cacagüetes" me refiero. Y la segunda incógnita es por qué el delegado del Gobierno de España en Cataluña -ya les digo, sospechoso de toda sospecha desde el mismo día de su nombramiento-, un tal Millo recibe a estos dos engendros y, más aún, por qué lo hace de manera tan significativa. Es decir, con todos los honores y todas las personalidades representativas del Estado español con destino en Cataluña. Lo grave es que se haya saltado a la torera al Gobierno de España, que haya actuado por iniciativa propia; aunque, más grave aún sería que fuera con el conocimiento y consentimiento de Rajoy.

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