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domingo, 9 de abril de 2017

Un tonto en apuros

A ver, no podía hacer otra cosa el hombre. A elPuigidemón se le olvidó en su anterior viaje entregar un presente al expresidente de los Unaites Esteits Ginmi Carter. No le quedó más remedio que repetir viaje para darle unos pastelitos de recuerdo, de los del obrador de su papá, que ya saben que el de la Generalidad es hijo de pastelero. Lo vio tan guapo y tan mono el norteamericano que no pudo por menos de regalarle al catalufo unos cuantos kilos de cacahuetes de cosecha propia; con ganas se quedó de añadirle unos cuantos plátanos, pero para eso ya tiene los de Canarias.
Así que en menos de diez días, el catalufo de elPecadete se ha metido dos viajes turísticos a las américas, así como que así, que le ha dado la república gana. Coñe, con el dinero fresquito en la bolsa que le ha regalado el presidente de España, cualquiera. No se crean que esos viajes valen mil euros, y a correr; que, además, este tipejo no se va a las turnés de loucoste. Que no, que no, que por lo menos dos mil duretes se ha dejado en el trayecto, jéjé, sin incluir los gastos de manutención -los suyos y de la comitiva- y la pasta gansa -que no lo han dicho- que tuvo que pagarle al mediador y al expresidente estadounidense.
Total, para nada, para hacer el tonto como en Harvar, que habló para un seminario de los alumnos de la universidad de allí, que ni tan siquiera sabían dónde estaba España, cuanto menos Cataluña. Pero él y su ministro de los exteriores, elPelao Romeva salieron tan contentos de la clase, porque se pensaron que habían hablado en el Congreso y ante los congresistas de los Estados Unidos. Los alumnos cuentan las malas lenguas dijeron que bueno, pues vale y se fueron a la siguiente clase. 
Que estos dos sabrán mucho de "piciadas", pero de geografía y de conocimiento de las instituciones de fuera de casa no tienen ni repajolera idea. Y eso que nos creemos, porque, la verdad, nos da igual que estuvieron con elGinmi; pero, que como si no hubieran estado, porque ni hubo derecho a la foto -que es lo que el catalufo buscaba- ni se puede contar de qué hablaron. Ese era el pacto. O sea, que como si nos cuentan que han estado con San Pedro -por no apuntar más arriba-, también nos lo creemos. Y que al que Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Lo que no es de recibo es que el tipejo catalufo se permita estos viajecitos relámpago a cuenta de los nuestros dineros y que nadie le exija una explicación o, es más, que nadie lo acuse ante los tribunales de malversación de fondos públicos.
Este catalufo, elPuigidemón, a la chita callando -aunque sobornando a la gente con los pasteles de papá- sigue avanzando de manera inexorable por el camino hacia el referéndum. Y nadie le para los pies, nadie le pone chinitas en el camino, es más hasta le llueve dinero del cielo. Ni que el Constitucional le diga o arre. Le da igual, se lo pasa todo por el forro de los pantalones, justo en la parte coincidente  de la entrepierna. Aunque parece que los fiscales ya le siguen los talones, con la investigación abierta a veinte empresas que están ayudando y aconsejando a los catalufos cómo quitar enchufes sin que les dé corriente, para eso de la desconexión. Hombre, lo menos que pueden hacer los fiscales es facilitar a la ciudadanía el nombre de esas entidades, que ya verán que pronto el pueblo, que es sabio, da cuenta de ellas. Es que si los catalufos creen que tienen derecho a decidir, los demás estamos convencidos de que tenemos derecho a saber.

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