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lunes, 1 de mayo de 2017

Con la Iglesia catalufa hemos "topao"

Una vez más, sí señor, con la Iglesia hemos "topao". El abad de Monserrat, José María Soler, que porque está más arriba, allí, en la montaña, se cree el más alto, hasta pontifica. El cura se cree el representante del Papa en la tierra, porque de Dios ya lo es el Santo Padre, Francisco, que si no. Es un tanto fanfarrón y figurón el cura. Le gusta que lo entrevisten en la teuvetres, la teuve oficial de la Cataluña, la de la Generalidad, por tanto la de elPuigidemón, dicho sea de paso, el hijo del pastelero. En cuanto que llegan los momentos bajos de los catalufos, los golpistas, allá que se presenta el sanador de almas.
Que no decaiga es su ánimo favorito, porque no es la primera vez. Tras la asamblea de la Asociación Nacional Catalana (ANC), en la que el catalufo elPuigidemón no supo ni qué decir después de sus fracasos internacionales con los Unaited Esteits, sobre todo, y el "quítamepallá" esas pajas de los marroquíes y la vergüenza por el apoyo "a la causa" de Nicolás Maduro, el podemita venezolano, resulta evidente que lo suyo, lo de la independencia está de capa caída.
Sólo fue capaz elPuigidemón de anunciar que iba a hacer una nueva propuesta al Estado; pero, está por ver qué propuesta y si el Estado -en este caso el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, o laVice- la va a aceptar. "Pamí" que no. Lo único que sacó en claro elPuigidemón de la ANC es que serían ellos, los civiles, los que proclamarían la independencia de manera unilateral. ElPuigidemón hizo como que se lo creía. Bien sabe él que todos los dirigentes de esa Asamblea son unos paniaguados, sin oficio ni beneficio, que quieren prolongar el follón lo más posible, porque, además de vagos y maleantes y delincuentes golpistas están haciendo de todo esto su forma de vida, remunerada, por supuesto.
Pero, miren, en Cataluña sí que se da el aserto de que Dios escribe recto con renglones torcidos; vamos, que Dios aprieta, pero no ahoga y que cuando una puerta se cierra se abre una ventana. No en vano -me fastidia dar ideas- los historiadores catalufos terminarán concluyendo que el hijo de José, el carpintero, y María, la Virgen, es natural de Cataluña, pero los manipuladores de la Historia lo hicieron nacer en Belén. Es decir que Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre es natural de los Países Catalanes y, al igual que los salmantinos les robaron los archivos de la Guerra Civil, los italianos se apropiaron de la natividad de el Redentor.
Y ahí estaba él, el abad de Monserrat, para corroborarlo. No hay más cojones: Cataluña es una nación y los catalanes tienen el derecho a decidir su futuro. Y la palabrota suena y resuena como un gran eco profundo entre las montañas de la abadía. Porque el Papa sabe todo lo que pasa, que lo tiene él muy bien informado, y está de acuerdo, que se lo ha dicho a él, en conversación personal en el Vaticano. El pequeño país pontificio reconocerá a Cataluña como Estado, en cuanto que declaren la independencia, los unos o los otros. Y ya está, ya no hay nada más que hablar. Con lo cual habría que concluir que como lo dijo el Papa punto final; aunque en este momento, lo dijo el abad de Monserrat, la voz de la iglesia en Cataluña. Mañana el abad pedirá confesión, que Dios todo lo perdona; mientras tanto, a ver si se le levanta el ánimo a elPuigidemón, que sabe llenar bien el cepillo.

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