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sábado, 13 de mayo de 2017

Del 3% al 7%, los obispos independentistas

Luego dirán que eso es "boicó", y que eso no vale. Porque lo único que ellos hacen es expresarse con libertad, es decir, ejercitar su derecho a la libertad de expresión. Coño, y hacen bien. Pero, ante lo suyo de pedir está lo de no dar. Aunque, bastante les habrá inflado ya elPuigidemón -el hijo del pastelero-, aunque sólo haya sido con regalarle los oídos con dulce, en el presente y el futuro. Así que, por eso que dicen y porque a nosotros nos da la real gana hacer con nuestro dinero lo que queramos, no se merecen ni el siete por ciento ni que depositemos nuestros óbolos en sus cepillos eclesiales.

El manifiesto de los obispos catalanes resulta más repelente que los propios argumentos de los catalufos con su afán del "derecho a decidir" o, lo que es lo mismo, la celebración de un referéndum independentista y sus ansias de secesión, de separarse de España, de apropiarse de una parte del territorio de todos los españoles. Los obispos catalanes son decididamente independentistas, incluido monseñor Omella; son en la cristiandad algo así como los pesoístas de elBailón en lo político. Desde su reducto hacen mal y mucho daño a sus respectivos colectivos.
Pero, no sorprende; se veía venir. Cuando quiere anunciar algo, la curia catalana manda por delante al abad de Monserrá, que ya anunció recientemente su pasión, más que por la de Cristo en la Cruz, por el independentismo catalufo, de manera inmisericorde para con todos los catalanes que lo son también y se sienten españoles. Pero, para el abad y la curia esos no cuentan. Como no contaban las víctimas para los curas vascos proetarras, de los que muchos de ellos penaron prisión, no como héroes sino como verdaderos delincuentes.
Los obispos catalanes, catalufos ellos también, proseparatistas, "caradurean" en su comunicado, tras la reunión de Tarragona, que se sienten "herederos de la larga tradición de nuestros predecesores, que les llevó a afirmar la realidad nacional de Cataluña, y al mismo tiempo nos sentimos ungidos a reclamar de todos los ciudadanos el espíritu de pacto y de entendimiento que conforma nuestro talante más característico". O sea, como el mismísimo elPedroQué, que Cataluña es una nación y como tal han de ser "escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán, para que sea estimada y valorada su singularidad nacional, especialmente su lengua propia y su cultura". Nos han jodío, los demás somos mudos y analfabetos. Lanzan la piedra y escoden la mano estos curas. Son unos verdaderos judas ¡Malo, malo, malo!
Valiente curia esta que se ha referido a la corrupción, pero sin hacer el más mínimo hincapié en la de sor Ferrusola y familia, ni en la de los del elPecaDete -antes Convergencia- con su caso Palau y el tres por ciento -que es el cuatro por ciento-. Por no mencionar, ni se han referido a los besos lésbicos de las cuperas ante la Virgen de Monserrá, LaMoreneta, ni a la propaganda que estos mismos hacen sobre el derecho a la libertad de practicar el sexo por las calles. Pero, no pasa nada porque de todo esto está informado el Santo Padre, y en persona, por el abad de Monserrá, y ya lo dicen ellos mismos que están ungidos, aunque se cortan ahí y no dicen por quién. El Espítitu Santo todavía no ha pasado por allí, que se sepa.
Curiosamente, uno de los firmantes de este comunicado "obispal" -manifiesto- resulta ser el obispo de Barcelona, Juan José Omella y Omella -por dos veces Omella-, natural de Cretas (Teruel), quien tan sólo lleva dos años ocupando la sede arzobispal de la Ciudad Condal. Es decir, de Cataluña de toda la vida. Monseñor Omella es "heredero de la larga tradición de nuestros predecesores". ¡Jéjé! A veces los curas también dicen gilipolleces y algunos hasta las firman. Pero, donde hay patrón no manda marinero, y los caminos del Señor son inescrutables.

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