Traductor

Buscar en este blog

jueves, 4 de mayo de 2017

El fiscal amenaza

Miren que todavía me está soliendo el pacto al que ha llegado el Gobierno de Rajoy con los peneuvistas. Un pacto de vergüenza y de ruina y de espolio, si prefieren, de los que no somos de las provincias de allí. Y dicen que ahora el diputado canario va a exigir por su voto presupuestario seiscientos millones de euros, cuando el de cada uno de los vascos ha costado ochocientos. Tonto sería de hacer rebaja cuando su asentimiento es imprescindible. O está "mareao" por el viaje en barco a la Península o no es consciente de que su voto es más disputado que el del señor Cayo.
En cualquier caso, los presupuestos del Estado ya han superado su primer trámite parlamentario. Ahora, toca esperar que al ministro de las Economías, cual pinta de gañán, se le pase la resaca de la borrachera esa de la que va presumiendo por ahí, porque todavía no he entendido muy bien qué es lo que está celebrando, si el fracaso de un triunfo o el triunfo de un fracaso. Lo cierto es que nos ha "esfuluchado" más de cuatro mil millones de euros, que serán casi cinco mil con lo que se lleve a la saca el canario. Y todavía no nos ha aclarado el ministro los que se llevan los navarros, los millones de euros, que también son un pico, por su régimen foral. Que conste que los demás también queremos otro régimen foral, si es que todavía queda alguno libre por otorgar.
Es que no salimos de sustos. Ya a primera hora de la mañana la reina madre, que así llaman a la de Inglaterra, puso a todo el mundo en congoja, cuando todavía no habíamos salido del "caidón" de güasá. Ni imaginar qué será de nosotros, mortales, como un día ese paréntesis se prolongue durante un día completo, el de la red social. El Caos. Pues eso, que luego resulta que las prisas de la reina de la Gran Bretaña venían dadas porque el su marido había decidido abandonar la vida pública. Y de esto tenía que enterarse el mundo, que a ella no la queda nadie en ridículo, aunque el esposo tenga noventa y cinco años y haya sido el mayor descubridor de la superficie terrestre de lápidas conmemorativas. Coño, al menos si hubiera sido ella la que se daba el piro. Es que nos va a enterrar a todos, incluido a su hijo heredero al trono. Si es que dentro "ná" lo vemos apoyado en cacha y sin tocar tan siquiera las patas del sillón.
Y para susto, también, el que nos ha metido en el cuerpo el fiscal Anticorrupción, que ya desde primeras horas de la mañana nos avisaba de que, ojito, ojito, que como vuelva a ver filtraciones en los asuntos que se tramiten en los juzgados bajo secreto sumarial alguien se va a acordar; más claro, que alguien lo va a pasar mal, pero que muy mal. ¡Y el que avisa no es traidor! No es por nada, pero los de los medios de comunicación ya se las pueden coger con pinzas, que si en Alemania lo hacen por qué no aquí igualmente. Lo dijo Moix tan "sssulo" él, sin rubor alguno, y tan pancho se quedó. Miren si no, que todavía no ha dimitido. Hala, para que estudien periodismo, los que lo estudian, que en una de esas se van con toda la carrera al carajo. Y no quiero hablar más, por un por si acaso.
Pero, no terminaban ahí los sustos, que estaba muy ufana la lozana andaluzzza con los vales conseguidos cuando se le presentaron como corriendo los de elPedroQué, pisándole los talones. ElPachi, "cabreao", porque no acertaba a vislumbrar con los suyos, los de los otros dos. ¡Gajes del oficio! Pero, él seguro que ya se ha "apañao" su futuro. Lo que sucede, y ese es el susto, que como elPerdoQué gane las primarias la silla de Rajoy puede empezar a temblar, aunque siempre le queda un buen aliado en Pablo Manué y en su amigo del alma, compañero, tan temprano, elMonedero, que el que es rata a los veintidós lo es a los cincuenta y dos. Fácilmente entendible. Que todavía no sabemos a ciencia cierta si el opositor venezolano Leopoldo López sigue vivo o muerto, y estos parias -en el mal sentido de la palabra- podemitas mirando para Irán, mientras viajan en autobús como las hermanas ursulinas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto