La guerra de los botones

Jo, esto se está convirtiendo verdaderamente en una pedrea, de las de apedrear o apedrease. ¡A ver, que el que esté libre de culpa que lance el primer canto! Porque hasta la inmaculada presidenta de la Comunidad de Madrid -"denuncianta" de la corrupción de su predecesor- va y se inmiscuye también, para no ser menos, en lo de la malversación, prevaricación y blanqueo de dinero, además de en un delito electoral. Ni que esto fuera "la guerra de los botones", vamos, donde las piedras van y vienen sin distinguir entre destinatarios. Pero, entonces, se marcaban y se hacían brechas. Pero, dice el juz que ni hablar, pero que algo queda.

Y nos lo cuentan después de la fiesta del patrono, San Isidro, coincidiendo con la filtración a La Vanguardia -antes Española- de la fecha del referéndum en Cataluña. El día uno de octubre de los corrientes, y si la autoridad y el tiempo no lo impiden, tendremos fiesta, tal cual como que tenemos Papa. Lo del Papa es "habemus", pero no está del todo convencido de ello Alberto Boadella, el que fuera de los teatros del Canal, de este Sumo Pontífice, que es argentino y, por tanto, un frescales que cree poco en Dios; claro, como el concejal barcelonés podemita Pisarello y su secretario de organización, el "chúpamelamingadominga", Echenique, lo que no hay que confundir con el de chúpamedómine, que eso es otro cantar.

Era intención de elPuigidemón anunciar él solito la convocatoria después de su conferencia -o lo que sea- de Madrid, pero se le ha adelantado el periódico oficial, el del conde de Godó, por si tenía dudas o estaba tentado a dar marcha atrás. Ya lo sabe el hijo del pastelero, y con él todos los demás, que lo prometido es deuda, con o sin cajas de cartón, con o sin autorización del Tribunal Constitucional, con o sin acuerdo o pacto con el Gobierno de la nación de naciones, que diría el pesoísta elPedroQué.

Menudo la ha liado, sin intención, elPuigidemón con querer disertar en Madrid, en el ayuntamiento de laSeñáManuela. Ha conseguido que en laPepé salten chispas. Porque el gigante y tonto Olbiol, de los peperos de "pallí", a punto ha estado de aceptar la invitación para arropar al secesionista; es que de donde no hay no se puede sacar. Ahora, parece que ya no va a asistir a la charla ningún pepero. Pero ya hay en el partido un ambientillo -no se puede permitir más- de casi "cabreo". El cabecilla o cabezota o cabezón, según se mire, es el exministro de los Exteriores, García Margallo, y a sí lo va expresando por las teuves donde lo quieren escuchar. Porque ve a Rajoy muy "parao" ante esto que el periódico oficial catalufo denomina como la "cuestión catalana". Margallo, convencido está de que hay que tomar Cataluña, y luego hablar. Pero, luego reformar la Constitución, y ya no sabe el hombre si darle la razón a los catalufos o desea que estos sean arrojados a la hoguera. No se aclara, y eso que ha sido ministro. Imagínense los de su partido. Por dios, qué confusión.