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lunes, 5 de junio de 2017

Demasiada permisividad


Está bien. Ya va siendo hora de que los países árabes arrinconen a los terroristas y a quienes les ayudan. Lo que hace falta es que Qatar, nido y refugio de terroristas de los del todo por “Alá es grande”, quede totalmente aislado por todos sus flancos. Así será si Arabia Saudí, Egipto, Barhein, Estados Árabes Unidos (EAU) y Yemen llevan a la práctica,  y de manera real, el corte total de sus relaciones, no sólo diplomáticas, sino de toda índole, con los Cataríes por su apoyo incondicional a los terroristas; también, y como contrapartida directa, alcanzarían estos países mayor estabilidad en sus propios estados, que falta les hace. Un cierre de fronteras total -por tierra, mar y aire- supondría un duro golpe a los terroristas.

Quejarse del terrorismo y condenar los atentados no es ya suficiente. El mundo árabe tiene que dar más que una prueba efectiva, y si quieren también, efectista, pero de la que se puedan obtener resultados que eviten la barbaridad de tantas muertes. La coordinación con el mundo Occidental es también necesaria, y que policías y servicios de Inteligencia trabajen en conjunto y coordinados. Pero, con confianza los unos en los otros. Es esencial lo uno y lo otro para terminar con esta lacra terrorista de los fanáticos yihadistas.

Tras el último atentado de Londres -siete muertes, medio centenar de heridos, de los que veintiuno están en estado crítico- ya no se puede mantener posturas escandalosamente buenistas. De hecho, la primera ministra británica ha reconocido que se trata con demasiada “blandura” a los extremistas y ha anunciado un endurecimiento de penas y más y mejores medios para que la policía pueda combatir mejor y de manera más efectiva a los terroristas de la yihad. Bien es cierto que estas medidas de endurecimiento las anuncia la premier británica en plena campaña electoral, pero, si algo se consigue, mejor que mejor; luego, que los británicos voten, y que los terroristas no les amarguen la fiesta.

Por cierto, y en referencia al atentado último en Londres –ya reivindicado por los de “Alá es grande”- menudo comportamiento el del joven español que se enfrentó a “peto”, monopatín en mano, a los terroristas para defender a una mujer que estaba siendo atacada por los yihadistas. De momento, se desconoce el paradero de Ignacio Echevarría; afortunadamente, no se encuentra entre los fallecidos. La última vez que sus amigos lo avistaron estaba tendido en el suelo. También lo fue la de otro español que impidió que uno de los asesinos entrara en su bar. Su acción enfrentándose al terrorista evitó, sin duda, un mayor número de víctimas.

Estos, y otros héroes anónimos, que se jugaron la vida por personas a las que ni tan siquiera conocían, merecen el respeto, la admiración y el agradecimiento de todos, porque a todos nos han salvado de esos criminales. Aunque, parece que aquí, en España, a los podemitas se la suda eso del terrorismo; es como si no fuera asunto suyo condenar a los delincuentes; tampoco han condenado nunca a ETA. Ya va para tres días desde la acción terrorista en Londres y ninguno de los dirigentes de este partido –ElPabloManué, elChúpamelamingaDominga, elSieteMesino, elRatadelMedro de Madrid- se han dignado en aborrecer a los criminales y condenar el terrorismo. Una vez más, no es de extrañar, porque ni tan siquiera han querido formar parte del Pacto de Estado Antiyihadista.

A día de hoy, una de las mayores preocupaciones –cada hora es una chorrada- es averiguar el por qué la gente no quiere a su líder, elPabloManué, el líder político peor valorado por los españoles, incluso por debajo del presidente del Gobierno, con la que le está cayendo encima. A todo ello, se le arrima a los podemitas, así lo dicen las últimas encuestas, la pérdida de un millón de votos, que se trasvasarían a laPesoé. ¡Cómo se estarán viendo que hasta quieren que laSeñáManuela repita en Madrid! Es la consecuencia, consecuente, de todo ello: arrieros somos y en el camino nos veremos.

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