El día después ha sido, sin duda,
el día más triste de su militancia en laPesoé.
Javier Fernández, expresidente de la
exGestora socialista desde la
defenestración de elPedroQué hasta
su resurgir, no como ave Fénix, sino
como pájaro, ha comprendido que su labor en ese tiempo sirvió de bien poco, o
de casi nada. Al que le quitaron la silla apabulló a la de Sevilla. Él, Javier, y los que con él estuvieron, no fueron capaces
–acaso incapaces- de encontrar, o aunque fuera crear, un líder que ilusionara a
todos, o al menos a la mayoría. No supieron, Javier y los que con él
estuvieron, colocar aunque fuera un corcho bien ajustado en la botella de la
que nunca, jamás de los jamases, tendría que haber salido quien hoy es el
actual y nuevo de nuevo secretario general de laPesoé.
Javier bien sabe –por conocimientos,
por experiencias y por años- que algo malo se le viene a laPesoé y que puede
alcanzar de pleno a España. Los dos
pierden. Pese a que andan vendiendo por ahí los nuevos dirigentes del partido,
la nueva Ejecutiva, que este treinta
y nueve Congreso es el de la unión y
el de la integración, bien sabe Javier que ellos mienten, y lo hacen como
bellacos, Ni unión, ni integración. Ha sido el Congreso de la venganza de un
pollo –y de su mujer vestida de rojo- contra sus compañeros de partido –y contra
España toda- que, si bien lo arrojaron a la cuneta, le dieron la oportunidad de
hacer pagar caros sus errores. No ha esperado elPedroQué a tomarse el néctar,
le ha bastado con un té, y de pie.
En la nueva Ejecutiva no hay ni
un representante del sector de Susana
Díaz; sí de Andalucía, cierto,
pero todos los que están de allí son contrarios a la presidenta andaluza; y los
otros de otras regiones lo son seguidores-acólitos también de elPedroQué. Todos
son de los suyos, hasta elPachi, que
lo es de quien se tercie, porque de algo hay que vivir, y para saber vivir,
vivir, elPachi. El propio Felipe
González se marchó hasta Colombia
para no ver miserias. El también expresidente de Gobierno y ex secretario general de laPesoé, elCetapé, y el otro exsecretario general, Rubalcaba, y la mismísima lozzzana andaluzzza se dieron el piro del
Congreso, porque lo que allí estaba sucediendo se asemejaba más a las encerronas
de Stalin que a una reunión
democrática y en libertad. Demasiados aplausos, demasiado alto porcentaje,
demasiadas cámaras para salir en todas las fotos.
No sabe elPedroQué lo que es y lo
que significa realmente pertenecer a laPesoé. No sabe jugar, es como un niño
malo que acapara todos los juguetes y, al final, termina destruyéndolos y
quedándose solo, sin amigos. Un verdadero socialista conoce las reglas del
juego, y la primera es consensuar la composición de la Ejecutiva. Eso es para
los socialistas como para los cristianos el primer mandamiento de la Ley de Dios. Lo grave es cuando alguien
se considere un dios y crea mandamientos que quiere que se conviertan en Ley.
Reflexiona Javier, y hace bien,
en lo que pudo ser y no ha sido. Y que no pudo con elBailón, que desde hace unos días se desayuna el pan con jamón y
tomate –maldita manía de estropear el fiambre- con la música de fondo de las
rumbas de Perét. Sí, sí, sí, cierto
que ya advirtió que laPesoé estaba muy
podemizada, y no se equivocó, pero no quiso o no pudo tampoco despodemizarlo,
que buen despodemizador habría sido. Si elBailón baila, elPabloManué lo acompaña en los toques de las palmas y castañuelas.
Para que nos llegue ahora este “analfuncional” a descubrir o reescribir la Historia con que España es una nación
de naciones, o ese término con el que se le llena la boca, como si fuera un
pavo, el de la plurinacionalidad. Y lo dice y nos lo cuenta alguien que hasta
con un canuto muy poco, o cero o nada. Eso sí, como para que lo entendamos:
sois todos muy buena gente, pero “me cago” hasta en la madre que os parió. Así
son las cosas, reflexiona Javier, o no. O no reflexiona, o no son así las
cosas. Lo demás está ya todo dicho o se da por sabido.
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