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lunes, 19 de junio de 2017

Rovira pidió a ETA que matara españoles

Después de escuchar las memeces con las que despachaba elPedroQué a los congresistas de laPesoé, ya sólo nos faltaba escuchar la sandez de elPuigidemón, el hijo del pastelero. La verdad, nunca alguien tan ruin ha podido llegar tan alto y una institución catalana tener que dar cobijo a alguien tan rastrero. Ahora que, si nos atenemos al miserable discurso que soltó el sin vergüenza, que ganó mucho dinero, mucho, y obtuvo la fama gracias a la Selección Española, elPepe, ya atisbamos por dónde se encaminan estos golpistas en su desesperación.
Si elPepe, en su desmelene verbal, suplicaba a la comunidad internacional ayuda para librar a los delincuentes del yugo opresor de España -¡que ya le vale al "tontoelhigo"!- se le ocurre ahora a elPuigidemón comparar al Estado español, con ETA, y pide a los golpistas perseverar y aguantar para deshacerse de España, la que gracias a la perseverancia acabó con ETA. Ahora es España la que viene a sustituir a la banda asesina etarra. Poco se acuerda el malvado elPuigidemón que fue el consejero de la Generalidad catalana, Carod Rovira, el que negoció con los etarras para que mataran todo lo que les viniera en gana, a placer, menos en Cataluña.
Es tan delincuente, y en este caso tan asesino, quien colabora con el que empuña la pistola para matar o coloca bombas para provocar masacres. Rovira era miembro de la Generalidad catalana, Rovira fue tan asesino como los etarras. A Rovira nadie en la Generalidad, que hoy preside el inútil elPuigidemón, le hizo el menor reproche. Si alguien es colaborador etarra, ese es la Generalidad.
Que no nos venga elPuigidemón queriendo poner a España como un Estado asesino ante la comunidad internacional, a la que apelaba el otro cara dura. De todas formas, la comunidad internacional, "niputocaso". Pero, el hacer esta comparación hoy, el querer que la gente se trague ruedas de molino, precisamente en el treinta aniversario de la matanza etarra en Hipercor, en Barcelona, sólo lo puede hacer una persona vil, un miserable sin escrúpulos, con muy mala baba. O un tonto indecente, que mejor estaría internado en un loquero. Ese, y otros como él, son los que quieren separar de España al que fuera condado de Aragón. No se les puede pedir que pidan perdón a las víctimas, porque no tienen conciencia. Están, más bien, para encerrar, pero son malos. 
Estos vienen a ser lo que esos bandidos -y no hay distancias que guardar- que se alegran de la muerte de un torero o de la muerte de un niño, de tan sólo ocho años, porque su ilusión, cuando llegara a mayor, era ser torero; nunca lo lograría, porque tenía un cáncer terminal. Pero les falta tiempo a estos autodenominados "animalistas", animales, que pueden hablar y escribir. Eso sólo lo hacen los mal nacidos, desviados mentales, como los otros.
En verdad, esta gentuza que se alegra y celebra la muerte de un ser humano, resulta indignante. Hasta Francisco Rivera, un hombre, un torero, normalmente comedido en su lenguaje y en sus opiniones se ha cagado en todos ellos, en todos estos que a través de internet dan rienda suelta a su instinto maléfico y avieso contra los toreros muertos. Como Rivera, estemos o no de acuerdo con la Fiesta Nacional, somos muchos los que imitamos su gesto contra estos perversos y contra los asesinos etarras.

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