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domingo, 25 de junio de 2017

La Iglesia, lo que mejor arde


Coñe, coñe, ahora sí que parece que está preocupado el nuestro Rey por su futuro y el de la monarquía. Y eso que elPedroQué no se ha dejado barba para rasurar; pero Felipe VI está que de un momento a otro pone las suyas a remojar. No le está gustando nada, pero que nada de nada, la postura que está adoptando el nuevo secretario general de laPesoé. No termina de entender ese nuevo cuño de la plurinacionalidad de España y un solo Estado soberano, que es lo mismo que decir un Estado verdadero.

Bueno, la verdad es que casi nadie entiende la deriva de elPedroQué con lo de la plurinacionalidad. Pero, el hecho de que el podemita elPabloManué también se enfrasque en el concepto, le resulta muy sospechoso al Soberano, y a los demás. Y teme que todo esto concluya en la búsqueda de un Estado Federal Republicano, donde lógicamente no cabe el Rey. O acaso sí, que con esta gente nunca se sabe.

No descansa bien el Rey, porque a este problema se le suma eso de los nacionalistas catalanes, secesionistas, que andan con ganas de arrebatarle a partir del 1-O un pedacito del reino, con lo cual no podría presidir con la corona completa los actos públicos. Y eso es feo. Le pesa el recordar las pijadas que hizo atrás, llevando de copiloto –aunque fuera en un Mercedes- al expresidente de la Generalidad de Cataluña, Arturo Mas, inhabilitado políticamente por los tribunales, por malo. También se iba de comidas con él, y con elPuigidemón igualmente.

Los súbditos soportaban estoicamente tamaños desmanes del Monarca, que, mientras se quería congraciar con los que pretenden robarle un cacho de corona, menospreciaba de manera constante a los que le aplaudían y agitaban los banderines con la enseña nacional, la de España. Pero, él, el Rey, como quien oye llover. No tiene  por qué extrañarse don Felipe, es lo lógico. Detrás de aquellos barros estos lodos; pero, sí tiene motivos para preocuparse, por el cariz que están tomando los acontecimientos y porque el marido de la mujer de rojo donde hoy ve blanco mañana ve negro. Y eso no augura claridad alguna.

Si  es que le pasa al Rey lo mismo que al cardenal Osoro. Leche, que le faltó tiempo al cura para perdonar a la concejala podemita Rita Maestre, cuando esta asaltó y atacó la capilla de la Complu, al grito de “arderéis como en el 36” y otras tantas lindezas, como “menos rosarios y más bolas chinas” y “contra el Vaticano poder clitoriano”. Pues, si la perdonaba el poder del cielo cómo no la iba a perdonar el poder judicial terrenal.

Que no se lamente ahora el cardenal electo, porque la capilla de la Universidad Autónoma haya sufrido igualmente un asalto con “artefactos indencdiarios. Nadie sabe quién ha sido, pero alguien se imagina quién lo ha perpetrado. Resultado: una pintada en el exterior, una ventana rota, daños en paredes y suelo y en una puerta y dos imágenes sacras dañadas, una de San José y otra de la Virgen. Pudo ser más grave, porque los atacantes plasmaron su intención en la pintada: la iglesia que ilumina es la que arde. Monseñor Osoro los perdonará, porque no saben lo que hacen; la Justicia, si los atrapa, también, que antecedentes haylos en la podemita laMaestre.

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