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miércoles, 7 de junio de 2017

Rebelión en la granja

Ya quisiéramos, ya, que en OKDiario se hubieran equivocado, cuando hace un día daban por cierta la muerte de Ignacio Echeverría. Oficialmente, los británicos no decían nada al respecto y han tenido durante cuatro días a la familia del joven en un sin vivir. Inhumano. Cuatro días, se dice pronto. Y aquí los de los Exteriores, con el ministro Dastis al frente, suspirando y argumentando las sin noticias británicas en dos palabras: "En fin". Y eso era todo. Y la familia Echeverría sufriendo y asumiendo el fatal desenlace, sin una mala palabra, sin un mal gesto, abrigando, hasta el final, el más ínfimo rescoldo de esperanza.Eso les honra a los Echeverría, como le honra a Ignacio su gallardía y la defensa que hizo de otros a quienes ni siquiera conocía, hasta ser capaz de entregar su vida por ellos. Lo fácil, lo sencillo -y quién sabe si lo más lógico- hubiera sido salir corriendo. Ignacio se enfrentó a los terroristas, a los asesinos. Con su sacrificio dejó un mensaje: la libertad es uno de los dones más grandes de los que puede disfrutar el ser humano, y unos cuantos fanáticos descerebrados no pueden, en nombre de Alá, acobardar y oprimir a toda una civilización occidental, y mucho menos a martillazos.
Tienen que saber estos asesinos que cada vez que intenten matar van a tener enfrente, y sobre todo, a todos los ciudadanos amantes de la paz y de la libertad, como Ignacio. Y que sepan los padres de este joven, por si en algo les reconforta, que hoy prácticamente todos los españoles también lloran a su hijo Ignacio. La excepción, como siempre, está en los podemitas que apoyan a los terroristas y el terror, que son los que todavía siguen sin condenar los atentados -ni los últimos ni los primeros- ni a sus ejecutores y a los responsables intelectuales de los mismos. Esos, los de Pablo Manué siguen defendiendo a los terroristas de Alsasua y siguen sin firmar el Pacto de Estado Antiyihadista.
Están los podemitas, enfrascados ahora en la inútil moción de censura contra elPresiRajoy y en dilucidar quién será el sucesor de la anciana laSeñáManuela a la alcaldía de Madrid y ésta, que hace como que no se entera, recibiendo a los papás del opositor venezolano Leopoldo López -que ahí le duele a elPabloManué- y cambiando los monigotes de los semáforos de la ciudad. Esos son los que aspiran a gobernar España.
Están más preocupados por si los hombres van en los transportes públicos "espatarraos", y así lo harán saber con carteles. El adoptar una postura u otra, por si no lo saben, es cuestión de educación no de machismo de las gilipolleces feministas. Ya pueden ir aprendiendo la lección, por ejemplo, elPabloManué y elSieteMesino, a los que las cámaras captaron en Vistalegre en postura impúdica. De todas formas, la idea original de hacer bandera de esta imbecilidad, no es suya, que ya la pregonó hace tiempo la guarrilla de las CUP, la del sobaco sudoroso y maloliente. Eso sí que es una inmundicia.
En cualquier caso, ojo a esto que puede marcar un grave precedente: mañana nos obligarán a adoptar a todos una postura concreta para mear, pasado nos impondrán qué es lo que tenemos que comer, al otro nos exigirán en la manera de vestir, y así sucesivamente, hasta que tengamos que organizarnos y hacer la rebelión en la granja, y eso que ya ha pasado 2016.


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