Traductor

Buscar en este blog

viernes, 23 de junio de 2017

República independiente plurinacional

Sí que tiene que estar  "despistao" nuestro presidente del Gobierno, y con cabreo, porque no sabe lo que el líder de laPesoé, elPedroQué, quiere decir con eso de la plurinacionalidad: además, es que le ha pedido que lo aclare, que las calores son muchas y no está uno para andar devanándose los sesos. Haga un alto en su diario caminar elPresi, sosiéguese y acuérdese de Evo Morales, el del jersey de pura lana de oveja más gordo que el que llevaba Camacho en la Transición. Se entiende, lo del jersey, porque por allí los andinos se abrigan, a mayor gloria del Creador.
Anda que no le tocó investigar a la nueva vicesecretaria de laPesoé, Adriana Lastra, para poder dar respuesta a lo que el nuevo secretario dio en denominar la plurinacionalidad de España, y todo porque se lo había oído alguna vez a elPabloManué, y a éste, a sus vez, le sonaban los cánticos de "Carlos Mejía Godoy y los de Calapagüina", cuando ponía la radio durante sus estancias en Venezuela. Lo de los "perjúmenes mujer" sumían en el paroxismo al podemita. Los de Nicaragua le "pirriaban". Así que en un mapa "mundi" marcó a ciegas un lugar y se topó con Bolivia. Allí encontró un país distinto a todos los del mundo, paradigma para mostrar en este nuestro país, patria de iletrados.
Trabajo, ya digo, le dio a laLastra averiguar que al lugar al que se refería elPabloManué era Bolivia, donde Evo y sus próceres se inventaron una Constitución en la que se reconocían un montón de naciones -más de treinta- algunas con hasta unos cuarenta habitantes, pero no por metro cuadro, sino en el sitio, o in situ. Las dos más grandes nacionalidades, que sobrepasan los cien mil habitantes, la Aymara y la Quechua, la del poeta José María Arguedas, que se perdió por los pueblos españoles de Sayago, junto a la Raya, y donde consideraría naciones a muchos de ellos, que no sobrepasan ni en verano las diez almas. Ese estado plurinacional Boliviano por el que suspiran los dos podemitas -elPedroQué y elPabloManué- reconoce treinta y siete idiomas oficiales. Y porque no hay más, o no los han encontrado todavía por la sierra andina.
Lo que quiere decir que todo esto trasladado a España, sería lo que viene pregonando elBailón catalán -que es más malo que el sebo- que la nacionalidad es un sentimiento y cada sentimiento tiene que ser respetado. Es más, que si cada uno de los vecinos de su edificio de él, de elBailón, sienten que su piso es una nación, se deduce que ese edificio es la nación de naciones, siendo el edificio un Estado soberano. ¡Jéjé! Más claro, agua.
Por eso me extraña a mí que elPresidente pregunte a elPedroQué que qué quiere decir con eso de la plurinacionalidad. Pero, para que lo entienda mejor: el palacio de La Moncloa sería una nacionalidad, siempre que los que allí lo habitan tengan el sentimiento de que así es. Por tanto, la mujer de rojo, el día que le conceda la entrevista allí a la su periodista preferida, Ana Rosa Quintana, podrá hacerlo en cualquiera de los idiomas que hablen cada uno de los conductores que circulen por la N-VI, que, por lógica, también pueden tener su sentimiento, que humanos son, y considerar que su habitáculo -aunque pase por allí- es un espacio territorial y libre, con su propio idioma y su Constitución, confederal o no, como tienen los de Ikea.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto