Es como que ya
tuviéramos nuevo presidente del Gobierno
de España. Con las ínfulas que se presentó al cuarenta aniversario de la
patronal CEOE el nuevo líder de laPesoé, a ver quién se atreve a decir
lo contrario. ElPedroQué presumía ante
todo el que lo quería escuchar de que había “vencido la travesía del desierto”.
Vaya, que orgulloso estaba, pero nada dijo de que lo hubiera acompañado y apoyado
en este camino la su mujer de rojo. ¡Hayyayahay! ¡Pronto se le ha subido a este
el pavo. ¡Menudo pollo!
Eso de la altura,
la física, por supuesto, parece que hace ver las cosas desde otra perspectiva,
y engolado como está el macho ibérico se movía en el aniversario de los
empresarios como si fuera elPresi
del país. Y, como tal, tranquilizaba a los de la pasta, repitiéndoles a voz en grito
que “tranquis”, todos “tranquis”, que “no soy un radical”. Y volvía la cara
para el otro lado y “jijeaba”, jéjé.
Es que esto es lo
suyo. Figurar, figurar como sea, y moverse entre el Rey y los empresarios, entre ministros, que no son los suyos, pero
como si lo “fueriesen”. Ha nacido una estrella, ha nacido para mandar, aunque
las dos veces que lo ha intentado ha fracasado. Y como no hay dos sin tres, lo
volverá a intentar, que quiere ser ante todo, por encima de todo, el inquilino
de La Moncloa, y no digamos la mujer
de rojo, que tiene pendiente concederle una entrevista a la su amiga Ana Rosa, según van paseando por los jardines,
junto a la nacional VI, o tomando un
té en el porche del habitáculo. ¡Eso es muy chic! La imaginación al poder.
Lo malo es que en
la “tercera” tampoco salga elPedroQué
como presidente del país. Al menos, logrará batir un récord difícil de superar:
todo un vía crucis con tres caídas. ¡Quién le enjugará el rostro! ¡En qué paño
quedará plasmado su sudor! Quizá su Verónica
sea la mujer de rojo, quizá no. ¡Y su cirineo! ElPabloManué, escondido cual rata, será quien le eche la zancadilla.
Pero volverá a resurgir
de sus cenizas, de la travesía en solitario del desierto. Él es muy grande, y
con una mente potente, y ya está concienciado para una cuarta vez. Todo, por
llegar a La Moncloa, aunque sea por una noche prestada, como comentaban algunos
empresarios.
Se pasó elPedroQué
una noche de ensueño. Ni él mismo se lo creía. Hace poco más de un mes
pilotando un Seiscientos por esos
caminos de Dios y anoche, de nuevo,
entre la flor y la nata de la sociedad. ¡Vaya usted a saber hasta cuándo! Porque
mal se lo pintan los de El País, que se la tienen jurada a elPedroQué. En el sondeo
del periódico de Cebrián le vuelven
a dar una bajada, tras su clamoroso resucitar. La plurinacionalidad de España con un único Estado soberano, pese a las
explicaciones del pepero Albiol por
hacerlo entender, sigue sin convencer.
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