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domingo, 2 de julio de 2017

La travesía del desierto de Sánchez



Es como que ya tuviéramos nuevo presidente del Gobierno de España. Con las ínfulas que se presentó al cuarenta aniversario de la patronal CEOE el nuevo líder de laPesoé, a ver quién se atreve a decir lo contrario. ElPedroQué presumía ante todo el que lo quería escuchar de que había “vencido la travesía del desierto”. Vaya, que orgulloso estaba, pero nada dijo de que lo hubiera acompañado y apoyado en este camino la su mujer de rojo. ¡Hayyayahay! ¡Pronto se le ha subido a este el pavo. ¡Menudo pollo!

Eso de la altura, la física, por supuesto, parece que hace ver las cosas desde otra perspectiva, y engolado como está el macho ibérico se movía en el aniversario de los empresarios como si fuera elPresi del país. Y, como tal, tranquilizaba a los de la pasta, repitiéndoles a voz en grito que “tranquis”, todos “tranquis”, que “no soy un radical”. Y volvía la cara para el otro lado y “jijeaba”, jéjé.

Es que esto es lo suyo. Figurar, figurar como sea, y moverse entre el Rey y los empresarios, entre ministros, que no son los suyos, pero como si lo “fueriesen”. Ha nacido una estrella, ha nacido para mandar, aunque las dos veces que lo ha intentado ha fracasado. Y como no hay dos sin tres, lo volverá a intentar, que quiere ser ante todo, por encima de todo, el inquilino de La Moncloa, y no digamos la mujer de rojo, que tiene pendiente concederle una entrevista a la su amiga Ana Rosa, según van paseando por los jardines, junto a la nacional VI, o tomando un té en el porche del habitáculo. ¡Eso es muy chic! La imaginación al poder.

Lo malo es que en la “tercera” tampoco salga elPedroQué como presidente del país. Al menos, logrará batir un récord difícil de superar: todo un vía crucis con tres caídas. ¡Quién le enjugará el rostro! ¡En qué paño quedará plasmado su sudor! Quizá su Verónica sea la mujer de rojo, quizá no. ¡Y su cirineo! ElPabloManué, escondido cual rata, será quien le eche la zancadilla.

Pero volverá a resurgir de sus cenizas, de la travesía en solitario del desierto. Él es muy grande, y con una mente potente, y ya está concienciado para una cuarta vez. Todo, por llegar a La Moncloa, aunque sea por una noche prestada, como comentaban algunos empresarios.

Se pasó elPedroQué una noche de ensueño. Ni él mismo se lo creía. Hace poco más de un mes pilotando un Seiscientos por esos caminos de Dios y anoche, de nuevo, entre la flor y la nata de la sociedad. ¡Vaya usted a saber hasta cuándo! Porque mal se lo pintan los de El País, que se la tienen jurada a elPedroQué. En el sondeo del periódico de Cebrián le vuelven a dar una bajada, tras su clamoroso resucitar. La plurinacionalidad de España con un único Estado soberano, pese a las explicaciones del pepero Albiol por hacerlo entender, sigue sin convencer.






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