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domingo, 13 de agosto de 2017

Ellos, como Cristobalito Gazmoño



Si es que es así de sencillo. Unos tipos se cuelan en un espectáculo para sabotearlo, porque no les gusta; pero, resulta que, entre otras cosas, el dicho es legal, de lo que se deduce que los “invasores” están actuando de manera ilegal. Llegan los polis y los echan; pero, además, los detienen y los enchironan, hasta más ver qué deciden hacer con ellos. Es lo normal. De aquí para allá, supongo, entrará en funcionamiento el mecanismo judicial, la maquinaria lenta de la Ley, pero Ley.

Eso es lo que les ha sucedido a la treintena de antitaurinos, o animalistas, o animales, que anoche, sin ir más lejos, asaltaron la madrileña plaza de toros de Las Ventas, con la intención de impedir la celebración de una corrida de toros nocturna. Ahora la policía los acusa de desórdenes públicos. Lo normal, en España.

En la futura República de Cataluña, aunque todavía es territorio español, las cosas no funcionan así. Allí se permite que los chorizos de una determinada tendencia política, como son los antisistema de las CUP, de la guarrilla Ana Gabriel, asalten la sede de laPepé, atemoricen con su asalto a mano armada a los pasajeros de un  autobús turístico, que le pinchen las ruedas al vehículo y a las bicicletas de alquiler, que asalten yates y realicen miles de tropelías terroristas justificándolo en lo que para ellos es “en defensa propia”.

Y a la fecha, ni un solo detenido. A la mente se nos viene, una vez más –otra tras otra- la incursión de elementos de extrema derecha a una librería catalana sita en Madrid –junto al Congreso de los Diputados. Los fachas fueron localizados y detenidos en cuestión de horas, y algunos ya penan cuatro años de prisión. Lo más grave que hicieron –aparte del asalto- fue empujar a una persona. Pero, allá ellos, que de lo suyo gastaron. Allí, en la futura esa, lo que estos chorizos, fachas de ultra izquierda, están haciendo es destrozar material urbano, que hemos pagado todos, con nuestros impuestos, y propiedades particulares, además de atemorizar a los turistas que nos dejan –y a ellos también- las pesetas.

¡Ya está bien, hombre, ya está bien! Que ni abogados del Estado ni leches, que aquí nadie mueve un miserable dedo para castigar a estos terroristas de la calle borroca catalana. Ellos sí, ellos en cuanto cometen el acto criminal –por supuesto bien planificado y con la aquiescencia de sus mayores, los de las CUP- informan inmediatamente al terrorista Otejjji, el pistolero elGordo, el íntimo del podemita elPabloManué. Todo les ha salido bien, según lo programado,  y no han tenido que huir ni a pie ni en coche, sencillamente se las han “pirao” dándose un garbeo, contemplando el panorama, la barbarie realizada, porque allí nadie los sigue –acaso sí- pero nadie los persigue ni los detiene.




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