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domingo, 20 de agosto de 2017

Muertos catalanes y muertos de nacionalidad española

Una cosa es predicar y otra dar trigo, como no es lo mismo haz lo que yo te digo, pero no lo que yo hago. Claro. Porque, vamos a ver, a santo de qué viene el turolense cardenal Omella a predicarnos que la unión hace la fuerza. Pero si es él y los obispos catalanes, la Iglesia catalana -algo así como los socialistas de elBailón Iceta, para con laPesoé- quienes provocan disensión -por no decir ya odio- entre los españoles en el momento en que apoyan sin fisuras las pretensiones de los golpistas catalibanes, despreciando al resto de catalanes que se consideran españoles y, por su puesto, a toda España en general.
Que no nos venga con esas ahora el monseñor, que bastante nos están tomando el pelo los catalibanes como para tener que aguantar lo suyo. Pero, ay, con la Iglesia hemos "topao". Si es que grima nos está dando el ver cómo un tipejo -el hijo del pastelero-, que tenía que estar desde tiempo ha en prisión preventiva, y tengamos que soportarlo, viéndolo junto a las máximas autoridades del Estado.
Es pájaro de mal agüero, elPuigidemón. Un golpista confeso -y chulo- y, por supuesto, desleal y marrullero, al que se le está permitiendo de todo con tal de "catalinabizar" el terrible atentado terrorista. Desde el mismo día de los asesinatos ha querido aparentar ante la opinión internacional que Cataluña no es España y que sólo la su policía, los de laInvencible se bastan para acabar con los terroristas. Pues, que tome nota de lo que le dicen desde Le Figaro al paisano, ni más ni menos que está obligado a optar entre los guarrillos cuperos y el proceso separatista o la Constitución para combatir el terrorismo. Es decir que resulta incomprensible que el que desobedece las leyes -la Constitución y todas las sentencias que se pasa por el arco del triunfo- está incapacitado para luchar contra el terrorismo. Eso mismo es lo que pensamos muchos, pero, es que se lo permiten. 
Fíjense hasta donde es desleal y malo el tipo hijo del pastelero que siempre que aparece ante los medios de comunicación en España lo hace en Catalán; mala entraña la del hombre. Pero, cuando lo ha hecho ante los medios internacionales -deslealtad más al canto- lo hace en Español. Evidente, porque si no no se entera ni rita. Fue lo mismo que le sucedió al que se da en llamar ministro de Exteriores de la Generalidad, el comunista Romeva. Aprovechando el atentado, llamó a la CNN para que le hicieran una entrevista, y respondía en Catalán a las preguntas. Los de la cadena americana ni se molestaron en contratar a un traductor, así que los únicos que se enteraron de lo que dijo fueron los de su comitiva. Al ministrillo catalán ya no le queda ni un pelo de tonto; todo lo que se le ve es absoluta imbecilidad.
Si es que se superan día a día los del Gobierno secesionista. El ministrillo de los Interiores, lo hace por minutos. Cuando da el parte de fallecidos en el atentado se le ha ocurrido una nueva idea: los nacidos en Cataluña son catalanes, los nacidos en España son ciudadanos españoles. Miren que estábamos buscando un nuevo adjetivo que sustituyera al de gilipollas, porque es que cada vez aumenta el número. Para este es más que suficiente, el de idiota.
Ya veremos con lo que nos encontramos cuando pasen unos días y vaya saliendo información sobre la masacre. De momento, todos los partidos quieren aparentar unidad. Vale. Aunque ya los guarrillos cuperos se desmarcan de la manifestación del 26, y si acude el Rey ellos se piran, porque Felipe VI, así lo dicen, financia el terrorismo islamista. Pues, no preocuparse que el Español es fuente inagotable de calificativos; para estos el de payasos les va que ni "pintao"

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