Claro que tiene un
plan de contingencia elPuigidemón -el
hijo del pastelero- para poder celebrar el referéndum del UnoaCero. Ya ha iniciado los ensayos previos a la representación. Hay
que tener en cuenta esta posibilidad. No descarta el flautista de Amelín llevarse a los niños a los
colegios electorales, y, junto a ellos, a ancianos e impedidos. Está así de
loco este hombre, es un descerebrado al que no le importa lo que pueda suceder,
ni que se produzca –como ya está- una fractura entre la sociedad catalana y
entre las propias familias. Puede terminar muy mal.
De hecho, han sido
numerosos los colegios que han llevado a los alumnos, todos ellos menores de
edad, y envueltos en la bandera independentista, a pedir votar ante las comisarías
de policía y cuarteles de la Guardia
Civil. Esto, que constituye una total indecencia, acaso un delito, va de la
mano de sus profesores, que se educaron en el odio y eso mismo pretender inculcar
en los jóvenes, que, con tal de tener tiempo y días de juego, lo mismo les da
portar una bandera que otra o un globo; pero, se van adoctrinando, mientras en
ello colabora parte del profesorado, que, con tal de no trabajar –algo que es
ilegal y punible- también hace lo que se les viene en gana en favor de los
intereses de los independentistas. Es muy fácil manejar a un niño.
Mucho se afanó el Defensor del Pueblo catalán para tratar
de justificar el derecho a decidir de los catalanes. Una inmundicia
impresentable de informe elaboró el paisano. Poco se esmera en denunciar el
manejo inmoral de los niños, como tampoco se ha molestado el Tribunal de Menores por poner manos a
la obra en defensa de los niños, como tampoco la consejería de Educación ha abierto una investigación –o
todas las necesarias- contra todo ese impresentable profesorado que falta de
manera injustificada al trabajo y que inocula el virus del odio a los alumnos.
¡Válganos el cielo
y que nos pillen “confesaos”! Hasta trescientos curachos catalanes y los dos
abades de esa comunidad autónoma, se han sumado a un comunicado en el que
expresan su postura a favor del derecho a decidir de catalanes, en contra de
más de la mitad de catalanes –la mayoría silenciosa, amedrentada y vilmente
insultada y acosada-, por obra y gracia del Espíritu Santo. De todas formas, no hacen más estos -que sólo representan al veinte por ciento del clero catalán-que avalar la postura
de los obispos catalanes que ya hicieron otro comunicado meses atrás en el
mismo sentido. ´
Todo este
movimiento eclesial está encabezado por el hace poco ascendido a cardenal el
turolense Omella, totalmente servil a
los intereses de los golpistas. No sabe este mentecato cura que a Dios lo que es de Dios y a elPuigidemón ni
confesión. En agradecimiento, el golpista lo corrió, como quien dice, a
hostias, por la sacristía de la Sagrada
Familia, después de la misa que ofició el cura por las víctimas de los
atentados terroristas, porque lo denominó presidente autonómico. Bien sabe este
cura que cuenta con el apoyo del otro cardenal, el de Madrid, monseñor Osoro,
el que “indultó” a la podemita concejala de laSenáCarmena, que asaltó la capilla de la Complu, sí, Rita Maestre,
la del torso desnudo, musa de Luis María
Ansón.
Saben ambos dos –nombrados
cardenales el mismo día por el Papa;
ojo al dato- que la Conferencia
Episcopal Española, no va a piarla. Parece como que Osoro los tuviera
cogidos por sus miembros viriles. Porque, claro, amigo, el Papa es el Papa, y
ha sido a ellos a los que ha adelantado como cardenales electores.
Mientras tanto,
los españoles de “paquí” viendo sufrir a los españoles de “pallí”, acosados por
cuatro pelagatos y muchos periodistas con síndrome de Estocolmo, faltos de ética, moral y rigurosidad informativa. Y
viendo desde aquí, ya digo, cómo se deja que humillen a la Guardia Civil esos
nacionalistas que no tienen dos sopapos, y todo porque los mocetes de laInvencible están de vacaciones, o no
los dejan actuar. En cualquier caso, eso tiene fácil solución si el Estado se hace cargo de ese cuerpo
policial, que se paga desde aquí. El que quiera cumplir las órdenes que lo haga
y el que no que levante la mano y a la calle, que hay mucho parado deseando
trabajar.
Algo similar se
podría hacer con los mafiosos estibadores –ganan ochenta mil euros al año, y
algunos más, por manejar grúas automáticas-, por negarse a atender las
necesidades de los policías hasta allí desplazados -otros ochocientos agentes
que llegarán en breves- y que viven en los ferrys donde el ministerio los ha
alojado. Lo mismo: mano en alto, y el que se niegue a obedecer, a la calle.
Bastaba sólo con militarizarlos, como se hizo con los controladores aéreos.
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