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martes, 12 de septiembre de 2017

Semáforo en rojo

No les ha sentado nada bien a los gabachos, los vecinos del norte,  que los antisistema de los guarrillos de las CUP les quemaran una bandera durante su particular celebración del Día de la comunidad autónoma catalana. Así se lo han hecho saber a las autoridades españolas y a los cuperos les exigen disculpas y que se desliguen de los matones de Arran, los "calleborroca", precisamente, de los de laGabriela. Por lo menos los franceses se encabronan y quieren que se detenga a los autores de la demoníaca y malévola ceremonia de la quema de su bandera.

Pero, no hay que olvidar que, junto a la suya, quemaron la nuestra española y la de todos los europeos de la Unión Europea. Lo que no saben los gabachos, o no se esperan, es que el hecho quede impune; ya se lo adelantamos desde aquí, que estamos bien acostumbrados a ello, y no sólo de quema de banderas españolas, sino de retratos del Rey o de que nos piten al monarca y al Himno nacional.
Ya ven, sopas con onda nos dan los gabachos en el amor a su Patria, a través de sus símbolos, cosa que aquí como si nada. Hasta tal punto son así los franceses que el domingo en Arles, ciudad francesa de la Francia, evitaron que el Juli fuera agredido por un animal -animalista- en pleno coso, de manera descarada, delante del público. Este, en su totalidad, y puesto en pie, cantó La Marsellesa para apoyar y arropar al torero español. Hicieron los franceses en pocos minutos más defensa de la Fiesta Nacional de España que muchos de aquí, que, aunque sólo sea por el cargo que ocupan, deberían hacer esa defensa, pero se callan y consienten.
El que no se ha callado es el tenista, número uno del mundo, Rafael Nadal. Él es mallorquín, pero tiene sus intereses económicos en Cataluña, es decir, mucho que ganar o mucho que perder. Ha dicho lo que piensa sobre el referéndum del UnoaCero, sin complejos y arriesgando: el referéndum independentista no se puede celebrar, porque es como saltarse el semáforo en rojo. Así de tajante, así de pedagógico. Eso lo entienden desde elPuigidemón -el hijo del pastelero- al descerebrado vicepresidente de la Generalidad, elTururrull, que anima a la gente a acosar a la Guardia Civil, el consejero de Interior, que, al final, se nos revela como un tontico, y la no menos arpía, laForcadell, presidenta del Parlamento catalán, que aspiraba a ser la Juana de Arco catalana y se ha quedado en una vulgar delincuente.
También fue muy clara -y es de agradecer- la postura de la nadadora Mireia del Monte, para quien no hay la más mínima duda: Cataluña está en España. Miren que ahí tiene una pista muy clara el líder de laPesoé, elPedroQué; hasta le puede servir la reflexión de Mireia para aclarar ideas o, al menos, para suscitarle dudas que lo avoquen a estudiar un poquito de la Historia de España, que le sirva para situarse.
No han sido tan categóricos como Mireia, Rafa o los hermanos Márquez -los de las motos- otros deportistas como los hermanos Gasol -ya lo explicamos hace tiempo, cuando nadie se lo quería creer- o los jugadores de fútbol Javi y Piqué y el exjugador Pepillo Guardiola -el que pide a gritos ayuda internacional para librarlo, a él, y a los delincuentes golpistas- del opresor Estado español. Estos últimos sí se han declarado partidarios de eso que se han inventando de "el derecho a decidir", para arrebatarnos a todos los españoles Cataluña, que también es nuestra. Estos últimos se han "forrao de pelas" a cuenta de las selecciones españolas correspondientes. Eso -el apoyar un referéndum ilegal y formar parte de las selecciones españolas- es de cara duras y miserables y sinvergüenzas.
O se está o no se está; lo demás, filibusterismo, como el de las podemitas Ada Colau, LaPescadera, y la alcaldesa de Madrid, laSeñáManuela, a la que el juez ya le ha comunicado que se olvide de actos golpistas en las dependencias municipales.


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